Nos ponemos al volante del Renault Clio E-Tech Hybrid, la versión más avanzada de la gama

A día de hoy, no son muchas las marcas que apuestan por la tecnología híbrida en modelos utilitarios. En una época en la que este tipo de coches son más grandes y polivalentes respecto a los de hace una década, puede extrañar un poco, si bien su “lugar” en las ciudades ha sido ocupado por modelos aún más pequeños y eléctricos. Los utilitarios actuales son más un “segundo coche” para quien se lo puede permitir, pero también constituyen una solución principal para jóvenes, parejas y familias pequeñas, ya que con ellos se puede viajar, transitar cómodamente por la ciudad y hacer un uso general.

A día de hoy, no son muchas las marcas que apuestan por la tecnología híbrida en modelos utilitarios. En una época en la que este tipo de coches son más grandes y polivalentes respecto a los de hace una década, puede extrañar un poco, si bien su “lugar” en las ciudades ha sido ocupado por modelos aún más pequeños y eléctricos.

Los utilitarios actuales son más un “segundo coche” para quien se lo puede permitir, pero también constituyen una solución principal para jóvenes, parejas y familias pequeñas, ya que con ellos se puede viajar, transitar cómodamente por la ciudad y hacer un uso general.

Pero son pocas las opciones híbridas que existen en el mercado, las que más con hibridación ligera o bifuel y menos las no enchufables, caso del Toyota Yaris, Honda Jazz o el Renault Clio que probamos hoy, por ejemplo.

La marca del rombo no deja de lado a nadie en su oferta más urbana, porque además del Clio, cuenta “por debajo” con el carismático Twizy, el Twingo y el Zoe, todos eléctricos y con etiqueta “Cero” de la DGT. El Clio E-Tech híbrido, de etiqueta “Eco”, se presentó el año pasado, y es la gran novedad de la gama en la actual generación, estrenada en 2019.

Si el renovado Clio ya supuso un avance en estética, dinámica y equipamiento, la variante E-Tech lo pone en vanguardia tecnológica, no en vano las soluciones adoptadas en el utilitario provienen de la mismísima Fórmula 1, el mejor “laboratorio” posible. Además, forma parte de la estrategia de total electrificación que Renault se ha comprometido a realizar de aquí a 2030 en toda su gama de modelos.

El Clio E-Tech tiene un sistema híbrido compuesto por un motor gasolina de 1,6 litros y 90 caballos asociado a dos eléctricos, uno principal de 36 kW y otro generador de 15 kW. La potencia final es de 140 caballos, y también esta asociado a una pequeña batería de 1,2 kWh. El cambio automático “multimodo” es muy avanzado, y se apoya en uno de los motores eléctricos para sincronizar las marchas, sin embrague y sin que el conductor lo perciba.

Todo el sistema híbrido funciona automáticamente, aunque hay tres modos para conducir en función de la mayor o menor necesidad de respuesta del coche: My Sense (normal), Sport y Eco. Junto a ello, además de la posición “D” del cambio para moverse, también hay una “B” que “fuerza” una mayor recuperación de la energía con las deceleraciones y frenadas.

Al volante, lo mejor del sistema es que no hay que hacer prácticamente nada que no sea concentrarse en la conducción. Los arranques se sirven de la energía eléctrica para hacerlos más precisos y silenciosos, y el sistema decide cómo y cuándo utilizarla después para ganar en eficiencia. Ni siquiera el motor térmico, cuando entra en acción, deja de ser suave y tampoco es ruidoso.

El consumo medio oficial es de 4,4 litros a los 100 km, una cifra digna de diésel. En ciudad, con las actuales limitaciones de velocidad, el consumo se reduce mucho y puede mantener medias menores, pero en carretera se elevan algo por los mayores requerimientos del coche.

Durante nuestro recorrido obtuvimos un gasto medio de combustible de 5,2 litros a los 100 km, si bien hubo mayor uso por carretera que en zonas urbanas, donde el funcionamiento híbrido es más eficiente. Es una cifra en cualquier caso aquilatada, y lo más destacado es que nunca dejamos de tener energía en la batería, porque el sistema se recarga muy rápido (siempre conducimos con la posición “B” seleccionada).

En cuanto a potencia, aunque el Clio E-Tech pesa más que uno térmico convencional, los 140 caballos mueven con soltura el conjunto, y en cuanto a comportamiento la puesta a punto del utilitario francés permite un compromiso ideal entre dinamismo y confort.

El único “pero” de este modelo E-Tech está en la capacidad de maletero, que se reduce de los 340 de la versión térmica a unos justitos 254 litros, pero por todo lo demás es un utilitario ciertamente interesante.

El Renault Clio E-Tech tiene un precio de partida de 17.460 euros, pero la versión probada, Zen, se eleva hasta los 18.630 euros. Con este acabado, son de serie elementos como las luces de día LED, llantas de 16 pulgadas, la tarjeta de acceso manos libres, el sistema multimedia Easy Link de 7”, cuadro de instrumentos digital, climatizador automático y ayudas a la conducción como la frenada de emergencia asistida, alerta de distancia de seguridad y el reconocimiento de señales de tráfico.

Cierto es que el Clio sometido al test contaba con opcionales interesantes, y recomendables, como el paquete de navegación Premium con pantalla de 9,3 pulgadas (800 euros), el Full Parking con cámara de 360º (600 euros) y el Drive Assist de conducción semiautónoma (700 euros), además de llantas de 17 pulgadas (300 euros).

Motor: híbrido de gasolina.

Potencia (kW/CV): 103/140.

Cambio: automático.

Largo (mm): 4.050.

Ancho (mm): 1.798.

Alto (mm): 1.440.

Maletero (litros): 254.

Velocidad máxima (km/h): 180.

De 0 a 100 km/h (seg.): 9,9.

Consumo medio (l/100 km): 4,4.

Emisiones CO2 (gr/km): 99.

Precio (euros): desde 17.460 euros.

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Probamos el nuevo RAV4 híbrido enchufable, el SUV superventas de Toyota

En la actualidad, uno de cada tres todocaminos compactos que se venden en España corresponden a este modelo . Lanzado en 1994, el RAV4 ha sido durante estos más de 25 años uno de los productos más exitosos de la marca y también de su segmento

En la actualidad, uno de cada tres todocaminos compactos que se venden en España corresponden a este modelo. Lanzado en 1994, el RAV4 ha sido durante estos más de 25 años uno de los productos más exitosos de la marca y también de su segmento.

Toyota añade ahora a la generación actual, la que vio la luz a finales de 2019, una nueva versión más ambiciosa con una motorización híbrida enchufable Plug-in de 306 CV y una autonomía en modo completamente eléctrico de 75 kilómetros que se pueden convertir en 98 cuando circulamos solo en recorridos urbanos.

Utiliza un motor de gasolina de 185 CV y dos eléctricos, uno en cada eje, más una batería de iones de litio con cuatro módulos y una capacidad de 18,1 kWh. La carga de esta última se puede realizar en dos horas y media, si utilizamos un poste rápido, mientras que en un enchufe doméstico esta operación nos llevaría algo más de 7 horas a través del cable del Tipo 2 que se ofrece de serie.

Con el fin de adaptarse a las más variadas condiciones de uso, este RAV4 Plug-in dispone de cuatro modos de funcionamiento para el sistema híbrido como el EV eléctrico, que es el predeterminado a la hora de ponernos en marcha, el híbrido HV, el automático EV/HV y el de carga. Además, el modelo japonés dispone de tres programas de conducción (Normal, Eco y Sport) para conseguir una conducción a la carta sin faltar un modo Trail que es ideal en el preciso momento de abandonar el asfalto y pasar a circular por caminos de tierra.

Capaz de pasar de 0 a 100 km/h en solo 6 segundos, sin duda una de las cosas que más nos ha llamado la atención en este modelo es su extraordinaria capacidad de aceleración con unas prestaciones en su conjunto que dan mucho de sí. De todos modos, estos coches hay que analizarlos desde el punto de vista de la eficiencia y aquí el RAV4 también da la cara. En nuestro recorrido de pruebas, alternando todo tipo de escenarios, pudimos registrar después de 90 kilómetros un consumo medio de 6,8 litros a los 100 km que no está nada mal.

En cuanto a su comportamiento, el todocaminos japonés se desenvuelve con bastante soltura gracias a su tracción total que le proporciona un gran equilibrio en el paso por curva lógicamente con las limitaciones a tener en cuenta por las proporciones de su carrocería y un mayor peso que en un coche convencional. Aún así, repetimos, nadie va a tener queja en este sentido añadiendo un gran confort de marcha en las condiciones de uso habituales.

Por lo que concierne a su estética, el Plug-in se diferencia de la versión híbrida por incluir una parrilla especifica, rodeada de un bisel cromado, un protector delantero diferente y una nueva gama de llantas que pueden ser de 18 o de 19 pulgadas dependiendo del acabado elegido.

De puertas hacía dentro, el ambiente también es muy parecido al de su hermano de gama. Cambia lógicamente el diseño del tablero de instrumentos, para incluir las informaciones correspondientes al sistema híbrido enchufable, y los tapizados de los asientos son diferentes. El maletero, por su parte, ofrece 520 litros de capacidad, 50 menos que en la versión híbrida debido a la presencia del nuevo sistema de hibridación.

Disponible en dos niveles de acabado, Advance y Style Plus, el equipamiento de base incluye llantas de 18 pulgadas, ópticas delantera del tipo LED, climatizador dual, pantalla central multifunción de 8 pulgadas (compatible con Apple CarPlay o Android Auto) o asientos delanteros calefactables. El Style Plus se distingue por las llantas de 19 pulgadas, el equipo de sonido JBL, la pantalla multifunción de 9 pulgadas con navegador o el Head-Up Display.

No falta tampoco un amplio paquete de asistentes de seguridad entre los que destacamos el control de crucero adaptativo, el reconocimiento de los vehículos que circulan por delante, el sistema de precolisión (que detecta a los peatones o la los ciclistas) o el cambio involuntario de carril integrados todos ellos en el paquete Toyota Safety Sense.

Por último sus precios, con los 3.000 euros de descuento que aplica la marca, van desde los 49.500 euros del acabado Advance hasta los 58.500 euros de la versión Style Plus sin incluir las ayudas del Plan Moves III que pueden alcanzar los 7.000 euros.

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Toyota tendrá un nuevo Aygo, pero ahora tendrá mucho de Yaris

El Toyota Aygo tendrá un sucesor próximamente y éste estará basado en la misma plataforma del Toyota Yaris . Pese a que el segmento A, el de los coches más urbanos , no pasa por su mejor momento dado el éxito de los SUV y los utilitarios en la categoría inmediatamente superior, Toyota está decidida a seguir apostando por los coches más urbanos con un cambio radical en el nuevo Aygo… si es que sigue llamándose así.

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El Toyota Aygo tendrá un sucesor próximamente y éste estará basado en la misma plataforma del Toyota Yaris. Pese a que el segmento A, el de los coches más urbanos, no pasa por su mejor momento dado el éxito de los SUV y los utilitarios en la categoría inmediatamente superior, Toyota está decidida a seguir apostando por los coches más urbanos con un cambio radical en el nuevo Aygo… si es que sigue llamándose así.

El sucesor del Aygo no será fabricado junto a Peugeot y Citroën, será un coche 100% Toyota

Teniendo en cuenta que la nueva generación del Toyota Aygo será un coche desarrollado y fabricado en exclusiva por Toyota, ya no tendrá “hermanos” en otros fabricantes como pasó con los 108 o C1, el fabricante japonés ha decidido dar una vuelta de tuerca para el sucesor del Aygo. Esta idea viene motivada por: uno, contener los costes todo cuanto sea posible, y dos, por ofrecer algo nuevo y diferente a lo que estamos acosumbrados a ver en el segmento A.

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De esta forma, Toyota ha decidido crear un sucesor para el Aygo partiendo de la plataforma TNGA-B en la que se basa el Toyota Yaris actual, adaptándola únicamente a unas dimensiones menores dado el posicionamiento inferior que deberá tener este nuevo coche. El resultado es un coche que seguirá siendo pequeño, acorde a las proporciones que se emplean en el segmento A, pero que se beneficiará de las ventajas de una plataforma diseñada para un segmento superior, significando esto un mejor comportamiento a nivel dinámico, más posibilidades en equipamiento y más sistemas de seguridad y asistencias a la conducción.

Toyota Yaris 2020 Prueba Rojo 05

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Otra de las grandes diferencias será el hecho de que el sucesor del Toyota Aygo no será híbrido. Teniendo en cuenta el coste y precio de venta al que debe ajustarse este modelo, Toyota ofrecerá un motor gasolina de pequeña cilindrada y no electrificado, pudiendo combinarse con un cambio manual de 5 relaciones o uno automático CVT.

Toyota Aygo Sucesor Plataforma Tnga B 0221 004

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Para terminar, una de las grandes dudas sobre el sucesor del Aygo está en si seguirá llamándose Aygo. Dado los cambios que pretende introducir Toyota y su enfoque exclusivo para el mercado europeo, el fabricante japonés podría apostar por una nueva denominación, incluyendo un diseño más crossover que refuercen esa apuesta por reinventar su coche de acceso.

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En Competición: Medio siglo de las 24 Horas de Le Mans sin Ferrari. El regreso más esperado de la historia

El 24 de febrero de 2021 pasará a la historia como el día en el que Ferrari anunció su regreso a la clase reina de las 24 Horas de Le Mans medio siglo después de su última participación oficial. La firma del cavallino rampante lanzó un comunicado corto y conciso en el que pasaba a confirmar que en 2023 competirán con un nuevo Hypercar (LMH), algo que fue recibido con cierta algarabía entre los aficionados al automovilismo y con signos de respeto por parte de firmas como Porsche, Peugeot o Toyota , equipos que ya se citaban con los de Maranello para ese mes de junio de dentro de dos años para luchar por la edición del centenario, algo que a su vez parecía exponer el plan de los de Stuttgart incluso antes de tiempo.

El 24 de febrero de 2021 pasará a la historia como el día en el que Ferrari anunció su regreso a la clase reina de las 24 Horas de Le Mans medio siglo después de su última participación oficial. La firma del cavallino rampante lanzó un comunicado corto y conciso en el que pasaba a confirmar que en 2023 competirán con un nuevo Hypercar (LMH), algo que fue recibido con cierta algarabía entre los aficionados al automovilismo y con signos de respeto por parte de firmas como Porsche, Peugeot o Toyota, equipos que ya se citaban con los de Maranello para ese mes de junio de dentro de dos años para luchar por la edición del centenario, algo que a su vez parecía exponer el plan de los de Stuttgart incluso antes de tiempo.

Aunque es cierto que en la última década hemos visto hasta tres triunfos de los Ferrari dentro de la categoría GTE-Pro, debemos remontarnos hasta 1965 para encontrarnos la última victoria absoluta de Ferrari en Le Mans, precisamente con la que se cerró el ciclo de cinco triunfos consecutivos. Antes de eso, la marca consiguió su primera victoria en 1949 y posteriormente repetiría en 1954 y en 1958. Aquella primera gesta sería recordada por la actuación de Luigi Chinetti, piloto que ya había ganado en la década de los treinta en dos ocasiones Le Mans, ya que el italoamericano tuvo que hacer prácticamente de forma íntegra las 24 horas de competición, ya que su compañero, el escocés Lord Selsdon, propietario del Ferrari 166MM, apenas condujo 20 minutos.

En 1960 y 1961, las 24 horas de Le Mans fueron ganadas por el Ferrari TR (250 Testa Rossa), sucediéndole el 330 TRI / LM Spyder y antes de que entrara en juego el Prototype 250P, con cabina abierta y el primer modelo con motor central, en una demostración perfecta de que al contrario que Aston Martin, Ferrari sí fue capaz de medir los tiempos a la perfección a la hora de adoptar una nueva configuración mecánica.

Tras él llegó la evolución, el 275P, con una distancia entre ejes mayor y más potencia, sin embargo, sería el 250 LM y su potente V12 el encargado de cerrar ese ciclo victorioso, convirtiéndose por derecho propio en uno de los vehículos más caros de la historia (en 2016 la unidad 23 se vendió por 17,6 millones de dólares) después de haberse construido apenas 32 unidades, precisamente una de ellas vendida a NART (North American Racing Team), con Jochen Rindt y Masten Gregory tras el volante. A partir de ahí, la historia que todos ya conocemos con el duelo frente a Ford que terminaría llevándose por la mano los GT40.

Los privados defienden el honor de Ferrari en Le Mans:

Los esfuerzo desde ese momento para representar a la firma se convirtieron todos en privados, aunque también es cierto que anterioremnte estos proyectos no oficiales nos dejaron algunos de los vehículos más icónicos de la carrera, comenzando por el Ferrari Breadvan, un deportivo creado por Giotto Bizzarrini y Carlo Ghiti después de ser despedidos por la marca que se ha convertido en historia del automóvil por su peculiar carrocería aerodinámica a modo de Shooting Brake, el cual no pudo terminar su participación en la carrera por problemas de fiabilidad. También el 250 GTO que terminó segundo en 1963 sería una iniciativa privada, con el Équipe Nationale Belge haciendo correr un coche que conseguiría ganar los 500 kilómetros de Spa y que atrajo muchísimas miradas por su belleza.

Precisamente en uno de esos duelos frente a Ford, Ferrari alineó el 330 P4, un modelo que por muchos es considerado como uno de los vehículos más bellos de la historia, aunque ya como uno de los últimos pasos de la marca transalpina en resistencia, algo que quedó Parente cuando un año después ya no hubo en la parrilla de salida ningún coche de fábrica. A pesar de ello, apareció el Ferrari 312 P en 1969 como intento de plantar cara al todopoderoso Porsche 917 en una actuación que no tuvo demasiada suerte después de irse al muro en la primera vuelta de la ronda gala después de pisar algunos restos dejados por otro coche rival en pista. El coche sería vendido al NART para que compitieran con él en Dayton donde ya pudo lograr una merecida cuarta plaza.

El Ferrari 512 S Spyder, con los preciosos colores de la Escudería Montjuich también llegó para hacerse un hueco en el corazón de los ferraristas a pesar de estar vestido por el tono amarillo y no por el rojo corporativo. Sus dos abandonos en 1970 y 1971 no le permitieron demostrar toda su velocidad en La Sarthe, aunque tuvo relativo éxito en otras carreras. NART mantuvo viva la llama de la firma en Le Mans, hasta el punto de embarcarse en la construcción del peculiar Ferrari 512 BB LM con el que compitieron desde 1979 hasta 1982, pero las constantes averías, especialmente en la caja de cambios, lastraron sus opciones.

Llegados ya a los noventa, y con la decisión del cambio de orden ante la escalada de costes sin final de los prototipos, la aparición del BPR Championship llevó a que Michel Ferté decidiera emplear una de las contadas unidades del F40 LM para competir por la victoria absoluta en un año, 1995, en el que el McLaren F1 GTR se alzó con el triunfo, mientras que aquel Ferrari azul que fue el favorito de muchos, apenas pudo ser duodécimo, con Carlos Palau integrado en la alineación.

El último prototipo de Ferrari, el 333 SP:

Aunque ya hemos mencionado que ha habido grandes éxitos en GT’s durante la pasada década, es de recibo recordar la que fue el último prototipo que defendió los intereses de Ferrari. El Ferrari 333 SP fue presentado a bombo y platillo en 1993 como el regreso de la marca a la competición de prototipos, sin embargo, nunca llegó a participar como coche oficial y hubo que esperar casi un lustro para verlo conseguir su mejor desempeño, también bajo iniciativa privada. Desarrollado en colaboración con Dallara, su participación más exitosa fue en 1997 con una sexta plaza del equipo Moretti Racing, año en el que Adrián Campos no pudo terminar la carrera.

Un año más tarde, dos unidades terminaron en octava (el coche en el que participaba Fermín Vélez) y 14ª posición en la edición de 1998, esta última con los icónicos colores de Momo, aunque suficiente para ser el primer LMP1 clasificado en una carrera que todavía se encontraba dominada por los GT1. Aun así, únicamente escuchar el motor V12 atmosférico de 4.0 litros bien valió el precio de la entrada para la mayoría de los que llenaron las gradas del circuito.

Galería de imágenes – Ferrari en las 24 Horas de Le Mans:

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Fotos | Ferrari y RM Sotheby’s

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