Conducimos el nuevo Megane E-Tech Eléctrico, un modelo que sube claramente de categoría

El Megane de Renault es un compacto de referencia desde que se lanzó a mediados de los años 90 del siglo pasado. Milita en un segmento ultracompetido, el C, y siempre ha destacado por un gran volumen de ventas. Este hecho quizá haya sido la causa de lanzar la más reciente evolución manteniendo “viva”, de momento, la cuarta generación, pero también es cierto que así Renault cubre la oferta con carrocerías diferenciadas y mecánicas para todas las necesidades y gustos.

El Megane de Renault es un compacto de referencia desde que se lanzó a mediados de los años 90 del siglo pasado. Milita en un segmento ultracompetido, el C, y siempre ha destacado por un gran volumen de ventas.

Este hecho quizá haya sido la causa de lanzar la más reciente evolución manteniendo “viva”, de momento, la cuarta generación, pero también es cierto que así Renault cubre la oferta con carrocerías diferenciadas y mecánicas para todas las necesidades y gustos.

Esto quiere decir que si queremos un Megane de combustión o híbrido enchufable tenemos que elegir la carrocería tradicional, y para optar al nuevo Megane E-Tech cien por cien eléctrico hay que hacerlo con su formato tipo crossover.

El nuevo modelo de cero emisiones mide 4,2 metros, 16 centímetros menos que el de combustión, pero no pierde distancia entre ejes (de hecho gana 1,6 cm) y además tiene 6 litros más de volumen de maletero para llegar a los 389 litros.

Esta total optimización del espacio se ha conseguido, entre otras cosas, con la nueva plataforma CMF-EV y un carrocería más alta, aunque se mantiene como coche compacto con sus 1,5 metros de altura.

Imagen imponente

Por fuera las formas lo dotan de fuerza y carácter, destacando la parrilla con el nuevo y enorme rombo de Renault y las originales ópticas. Del perfil llaman la atención las grandes llantas, porque parten de 18 pulgadas (y llegan hasta las 20), y en la trasera son los faros finos y alargados los que se llevan todo el protagonismo. Los aditamentos dorados delante y detrás que se ven en las imágenes son exclusivos de la variante iconic optimum charge tope de gama, que es la que hemos probado.

En el interior el cambio es enorme; estamos en otra categoría en todos los sentidos. El diseño es minimalista, pero a la vez moderno y elegante, con una sensación de calidad que se incrementa según mejora el nivel de acabado.

Destacan las soluciones digitales, divididas en una pantalla configurable para el cuadro de instrumentos y otra para el sistema multimedia OpenR-Link, que puede ser de 9 o de 12 pulgadas. El software que lo hace funcionar deja muy atrás al sistema precedente e integra todo el “ecosistema” de Google, como el asistente de voz o la aplicación Maps para la navegación. Es muy rápido e intuitivo en su manejo, pero hay que estudiar bien las múltiples opciones que tiene, destacando en este coche las de control del funcionamiento eléctrico y la monitorización de su uso.

El resto de mandos se aglutinan bajo la pantalla, con teclas físicas para la climatización, y también en el volante, el cual incluye un práctico selector de los modos de conducción.

Como no hay túnel central con los mandos del cambio, estos se han situado en una palanca que sale de la columna de la dirección, a la derecha del volante, uniéndose así a la del limpiaparabrisas y a la del manejo el sistema de sonido. Son tres, están muy próximas y pueden generar confusión en algún momento, pero una vez habituados no debe ser un problema.

También es realmente destacable el espacio que hay en el habitáculo para ser un coche de 4,2 metros, pero tiene la limitación de que es casi 5 cm más estrecho que la variante térmica. Además, aun siendo más alto, la distancia de la cabeza al techo detrás es un poco limitada, consecuencia de la presencia de las baterías bajo el piso. Sin embargo, esto no afecta al maletero, que como hemos adelantado cuenta con un interesante volumen de 389 litros y un hueco inferior para guardar los cables de carga.

Hasta 218 caballos

La gama del Megane E-Tech Eléctrico tiene dos niveles de potencia en cuanto a motor, de 96 o 160 kW (130 o 218 caballos), y dos opciones de batería, de 40 o 60 kWh de capacidad, lo que hace variar lógicamente las prestaciones y autonomía, además del precio.

Nosotros hemos probado la versión más potente y de mayor rango, esto es, la equipada con motor de 160 kW y batería de 60 kWh, que ofrece según homologación hasta 454 km de autonomía media y que puede recuperar hasta 300 km en solo media hora en un punto rápido de recarga en corriente continua.

Con este motor, la potencia es más que suficiente y las prestaciones interesantes, no en vano pasa de 0 a 100 km/h en solo 7,4 segundos. La velocidad máxima, eso sí, está limitada a 160 km/h, pero realmente no hace falta más con la normativa de tráfico actual, al menos en España.

Al volante de este Megane lo cierto es que las sensaciones son realmente buenas. La puesta a punto de la suspensión es bastante equilibrada y el comportamiento muy neutro, sin sorpresas en cualquier circunstancia.

El motor tiene un tirón constante, sin brusquedades de ningún tipo. Hay cuatro modos de conducción: Eco, Comfort, Sport y Perso, este último configurable al gusto, y en el primero se nota bastante el “recorte” prestacional para preservar el consumo de energía. En el lado contrario está el modo deportivo, que saca todo el partido a los casi 220 caballos del motor.

Junto a ello hay unas levas en el volante que gradúan en cuatro niveles la intensidad de retención cuando se levanta el pie del acelerador, y eso permite una mayor o menor regeneración de la energía. El de mayor intensidad facilita la conducción con un solo pedal, utilizando así el freno al mínimo.

Otro aspecto destacado está en la reducido radio de giro del coche, algo que lo hace muy cómodo en ciudad y en maniobras de aparcamiento.

En el lado menos positivo está la baja visibilidad por la poca superficie del cristal trasero, para lo que Renault ha preparado un opcional muy interesante como es el retrovisor digital (que se incluye en un pack por 1.500 euros junto a otros elementos), una pantalla interior que recoge las imágenes que capta una cámara trasera y que se integra en el propio espejo.

Consumo aquilatado

Un apartado destacable de esta versión del Megane es sin duda el consumo. Renault ha homologado 16,3 kWh en ciclo combinado, y nosotros, tras una prueba en un recorrido mixto en ciudad y carretera, probando los distintos modos de conducción, hemos obtenido una cifra de 16,5 kWh. Esto quiere decir que es posible superar fácilmente la barrera de los 400 km de autonomía en uso normal, si bien es cierto, como ocurre con todos los coches eléctricos, que en viajes a alta velocidad continuada por autopista el consumo puede superar los 18 kWh y la autonomía reducirse hasta los 350 o 370 km, que tampoco es un mal dato.

En cuanto al precio, partiendo de la base de que los coches eléctricos son caros, se puede acceder a un Megane E-Tech Eléctrico con etiqueta Cero de la DGT desde 36.600 euros con descuentos, cuantía que corresponde a la versión de 96 kW (130 CV) con batería de 40 kWh y acabado equilibre.

Con motor de 160 kW (218 CV), batería de 60 kWh y acabado iconic, el precio del Megane empieza en los 45.200 euros, pero la unidad probada optimum charge (de máxima capacidad de recarga) asciende hasta los 49.700 euros, más que el Hyundai Kona Eléctrico o el nuevo Kia e-Niro y a la altura de un Volkswagen ID.3 con autonomía y equipamiento similar.

Es un nivel de precio importante, pero todo hay que decirlo: esta versión del Megane rezuma categoría premium por su alto nivel de acabados y su completísima dotación en materia de confort, conectividad y ayudas a la conducción, y todavía se pueden aplicar los hasta 7.000 euros de subvención disponible con el plan Moves III si se entrega un coche para achatarrar.

FICHA TÉCNICA

Motor: eléctrico.

Potencia (kW/CV): 160/218.

Cambio: automático.

Largo (mm): 4.199.

Ancho (mm): 1.768.

Alto (mm): 1.505.

Maletero (litros): 389.

Velocidad máxima (km/h): 160.

De 0 a 100 km/h (seg.): 7,4.

Autonomía (km): 454.

Emisiones CO2 (gr/km): 0.

Precio (euros): desde 45.200.

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Analizamos el renovado Subaru Forester, un SUV con etiqueta Eco para ir más allá del asfalto

Aunque hablar de una década en el mundo del automóvil es mucho, si nos remontamos diez años atrás veríamos que varias marcas tenían en la gama propuestas perfectamente clasificables como vehículos todoterreno por sus formas y orientación, aunque no fueran muy especializados, pero hoy el fenómeno SUV los ha engullido y ha “suavizado” el concepto aún más para llevarlo a un cliente generalista, que es lo que toca. Afortunadamente, hay fabricantes que, aunque sea bajo el paraguas de los SUV, ofrecen ese “plus” que permite un uso solvente fuera de carretera. Es el caso de Subaru con el Forester, un modelo que se lanzó hace ya un cuarto de siglo y que hoy se sigue mostrando como un coche grande y robusto que no deja de lado la tracción total ni la mecánica bóxer (de cilindros opuestos) con la que nació.

Aunque hablar de una década en el mundo del automóvil es mucho, si nos remontamos diez años atrás veríamos que varias marcas tenían en la gama propuestas perfectamente clasificables como vehículos todoterreno por sus formas y orientación, aunque no fueran muy especializados, pero hoy el fenómeno SUV los ha engullido y ha “suavizado” el concepto aún más para llevarlo a un cliente generalista, que es lo que toca.

Afortunadamente, hay fabricantes que, aunque sea bajo el paraguas de los SUV, ofrecen ese “plus” que permite un uso solvente fuera de carretera. Es el caso de Subaru con el Forester, un modelo que se lanzó hace ya un cuarto de siglo y que hoy se sigue mostrando como un coche grande y robusto que no deja de lado la tracción total ni la mecánica bóxer (de cilindros opuestos) con la que nació. Todo ello mejorado con una tecnología híbrida que aquilata el consumo y además permite clasificarlo con la etiqueta Eco de la DGT, con las ventajas impositivas y de movilidad que eso lleva aparejado.

Hablamos de un SUV compacto de los grandes, con más de 4,6 metros de largo y una estética puesta al día con una nueva parrilla negra y ópticas más modernas, pero sin dejar de lado detalles como los protectores inferiores que tanto enfatizan su figura.

Es un coche ideal para familias, ya que tiene bastante amplitud en todas las plazas, el interior es modulable y dispone también de un maletero de 509 litros de capacidad.

El sistema híbrido autorrecargable que impulsa a este modelo está conformado por un motor de 2 litros bóxer de 150 caballos y un propulsor eléctrico de 12,3 kW. Junto a ellos hay una pequeña batería de 0,6 kWh que, cuando está cargada, aporta suficiente energía para que el coche funcione en modo eléctrico en pequeñas maniobras y durante aproximadamente 1,6 kilómetros si no se superan los 40 km/h, además de asistir al motor térmico cuando se necesita potencia. El sistema actúa de forma automática. Por su parte, el cambio, también automático, es por variador continuo.

Todo bajo control

El puesto de conducción ofrece una posición elevada y los asientos son bastante cómodos. El cuadro de mandos es analógico, con los clásicos relojes, pero entre ellos hay una pantalla digital con información básica de conducción. En el centro del salpicadero su ubica la pantalla de 8 pulgadas del sistema multimedia, muy fácil de utilizar y compatible con los sistemas Apple CarPlay y Android Auto, y en la parte superior hay una tercera pantalla que aporta información sobre consumo, el estado de activación de las ayudas de seguridad del paquete Eye Sight o parámetros útiles en conducción off road como el ángulo de inclinación del coche.

Y es que el valor añadido de este modelo es la inclusión, de serie, del sistema de tracción total simétrica S-AWD, un desarrollo que proviene de muchos años de experiencia, incluso en el mundo de la competición. Adicionalmente, a través de un mando circular en la consola central, se pueden seleccionar dos programas específicos X-Mode para condiciones de nieve o tjerra (Snow/Dirt), por un lado, o nieve profunda y barro (Deep snow/Mud) por otro, y también cuenta con un sistema de control de descensos (Hill Descent Control) para mantener una velocidad constante en bajadas con inclinación pronunciada. Estas capacidades, unidas a una altura al suelo de 220 milímetros, permiten un desempeño fuera de carretera más que interesante.

Dentro y fuera del asfalto

Nuestra prueba tuvo como punto de partida la ciudad, donde el coche ofrece un funcionamiento suave gracias al motor eléctrico, pero en la práctica dura poco. Además, hablamos de un conjunto de 4,6 metros con una maniobrabilidad justa para calles estrechas. Por contra, es un coche alto y con mucha visibilidad para controlar el tráfico y todo lo que nos rodea.

En carretera ya toma protagonismo el motor térmico, que aunque tiene potencia la aporta de una manera demasiado progresiva. Desde el volante se pueden seleccionar los modos Intelligent (para primar el ahorro de combustible) o Sport (deportivo), pero el Forester no brilla por prestaciones fulgurantes. Eso sí, es destacable el confort de marcha, sobre todo en autovías y autopistas, y también cómo se desenvuelve por los caminos, que parecen hechos para él por la facilidad con la que se conduce por ellos, por muy rotos que estén.

En cuanto al consumo, durante nuestro test hemos obtenido la misma media que la homologada por Subaru: 8,1 litros a los 100 km, un apartado en el que no destaca especialmente a pesar de ser un coche híbrido.

Equipamiento muy elevado

El Subaru Forester tiene un precio de partida de 35.400 euros (acabado Sport Plus), en línea con otros SUV de tecnología híbrida y tracción total con similar tamaño, pero en este caso con un equipamiento de serie muy completo. Además de la tracción total con los perfiles X-Mode y el control de descensos, destacan los faros LED, barras en el techo, llantas de 17 pulgadas, sistema multimedia con pantalla de 8 pulgadas, climatizador o el paquete de seguridad Eye Sight, cuyo alcance y funciones han sido mejoradas con la última actualización.

La versión probada es la Executive Plus, cuyo precio asciende a los 39.900 euros y agrega, por ejemplo, techo solar, sistema de acceso y arranque sin llave, reglaje eléctrico de los asientos, portón con apertura y cierre automáticos y más funcionalidades de seguridad como el sistema de frenada de emergencia marcha atrás o la cámara de visión trasera. Cabe significar también el sistema de monitorización del conductor, que como hemos comprobado “vigila” cualquier distracción de quien está al volante y se complementa con una función para controlar el sistema de climatización por gestos.

FICHA TÉCNICA

Motor: gasolina, híbrido no enchufable.

Potencia (kW/CV): 110/150.

Cambio: Automático.

Largo (mm): 4.640.

Ancho (mm): 1.815.

Alto (mm): 1.730.

Maletero (litros): 509.

Velocidad máxima (km/h): 188.

De 0 a 100 km/h (seg.): 11,8.

Consumo medio (l/100 km): 8,1.

Emisiones CO2(gr/km): 185.

Precio (euros): desde 35.400.

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Descubrimos la decimoprimera generación del Civic, el compacto más popular de Honda en Europa

Tras la publicación de las primeras imágenes del nuevo Civic, teníamos ganas de verlo al natural, y Honda ha brindado a 20Minutos y a la prensa especializada la oportunidad de analizar en vivo una unidad preserie (no definitiva). Tampoco conocemos los datos oficiales al completo, pero sí los suficientes para hacernos una idea de lo que el público podrá encontrar cuando se ponga a la venta en octubre.

Tras la publicación de las primeras imágenes del nuevo Civic, teníamos ganas de verlo al natural, y Honda ha brindado a 20Minutos y a la prensa especializada la oportunidad de analizar en vivo una unidad preserie (no definitiva). Tampoco conocemos los datos oficiales al completo, pero sí los suficientes para hacernos una idea de lo que el público podrá encontrar cuando se ponga a la venta en octubre.

El Civic es un modelo muy importante, entre otras cosas porque fue con el que Honda se dio a conocer como fabricante de automóviles hace cinco décadas. Hoy poco queda de ese pequeño y urbano coupé de dos puertas tanto en la forma como en el fondo, pues con el tiempo ha ido creciendo y se ha convertido en un estilizado compacto. Sea como fuere, su éxito es innegable, porque se han vendido de él nada menos que 27,5 millones de unidades en más de 170 países del mundo.

Además, el proceso de electrificación en el que está inmerso Honda lo ha llevado al mundo híbrido como única opción, con lo que toda la gama europea de la marca cuenta ya con esta tecnología más limpia y eficiente.

La primera impresión que da el nuevo Honda Civic al contemplarlo en persona es que las fotos no hacen del todo justicia. Es un coche de cinco puertas grande –aunque no hay dato oficial está en torno a los 4,5 metros–, pero ha suavizado mucho sus formas respecto a su predecesor, lo que estamos seguros le hará llegar a un público más amplio.

Del exterior destaca el morro avanzado sobre una parrilla tipo “panal de abeja”, los nuevos faros Full LED delanteros, las grandes llantas, la curvatura trasera del techo –que baja 50 mm–, y las ópticas con forma de “C” de la zaga. No es tan agresivo como antes, para eso estará la versión de altas prestaciones Type R que llegará en 2023, pero mantiene una imagen deportiva.

Revolución interior

Por dentro nada tiene que ver con el modelo anterior. Es más limpio y está menos “recargado”. El salpicadero juega mucho con líneas horizontales, lo que da una mayor sensación de anchura, y la pantalla central del sistema multimedia (de 9 pulgadas) sobresale en el centro, más en la línea de los ojos del conductor.

Los aireadores están “camuflados” tras una original rejilla horizontal que va de lado a lado, y delante de una ancha consola central, donde se integran los posavasos y los mandos del cambio automático, hay una bandeja para dejar objetos o cargar el móvil de manera inalámbrica.

Por lo demás, el cuadro de mandos es digital, de 10,2 pulgadas, y bajo la pantalla central hay lugar para los mandos “fisicos” del sistema de climatización, lo cual es un acierto.

También nos han sorprendido unos asientos suaves y muy confortables, y la gran amplitud que se siente en el habitáculo, donde a pesar del diseño en caída del techo, personas de hasta 1,90 metros pueden viajar sin limitaciones a la altura de la cabeza y con espacio suficiente para las piernas.

Del maletero no tenemos la cifra de volumen máximo, pero es grande y dispone de un boca muy ancha de carga que permite introducir cómodamente objetos y equipaje en su interior. También hay una bandeja blanda que se despliega junto al ligero portón de resina al abrirlo, y un cobertor extraíble que se despliega de izquierda a derecha para tapar el equipaje.

Solo en versión híbrida

Como hemos apuntado anteriormente, de este nuevo Civic solo habrá una versión híbrida que utilizará la tecnología e:HEV autorrecargable. El propulsor principal es de gasolina, un mejorado i-VTEC de inyección directa con 2 litros de cubicaje que se combina con dos motores eléctricos, uno generador y otro impulsor, para ofrecer una potencia total de 184 caballos. Junto a ello, el sistema integra unas baterías alojadas bajo los asientos traseros.

El sistema actúa de manera automática, buscando siempre la máxima eficiencia y respuesta, pudiendo mover el Civic exclusivamente con el motor eléctrico, con el eléctrico y el térmico, o solo con este último. Desde luego, según los datos homologados en ciclo WLTP, consigue su objetivo, ya que la media de consumo es de solo 4,7 litros a los 100 km y las emisiones de 108 gramos por kilómetro.

Lo que sí se podrá elegir es la respuesta del coche en función de unos perfiles de conducción prefijados, Eco, Normal, Sport, y el nuevo y configurable Individual. Tenemos que probarlo, pero desde Honda aseguran una gran respuesta gracias a los 315 Nm de par y a la habitual puesta a punto deportiva con el que la marca dota a sus modelos.

Por último, en relación al equipamiento, cabe destacar la amplia dotación en materia de seguridad de Honda, que recordemos se ha planteado un ambicioso objetivo de aquí a 2050: cero muertes por accidente a bordo de un modelo de la marca.

Además de contar con once airbags, el paquete Honda Sensing mejora gracias a la nueva cámara integrada y a cuatro sensores sónar ubicados delante y detrás. De esta manera, el control de velocidad de crucero adaptativo, el sistema de guiado de carril o el detector de vehículos en el ángulo muerto tienen más alcance y son más precisos, sin olvidar otros recursos interesantes como el monitor de tráfico trasero para las maniobras de aparcamiento o las luces adaptativas.

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Al volante del nuevo Mercedes C 220 d, la berlina alemana con la que el diésel se reivindica

Si hace diez años estuviéramos hablando de una berlina con motor diésel, entraría dentro de lo normal, pero hoy el panorama automovilístico ha cambiado mucho por el auge de los SUV y los vehículos híbridos o eléctricos. No obstante, la antes mencionada combinación sigue teniendo su espacio y su valor , sobre todo porque también se ha abierto a la electrificación

Si hace diez años estuviéramos hablando de una berlina con motor diésel, entraría dentro de lo normal, pero hoy el panorama automovilístico ha cambiado mucho por el auge de los SUV y los vehículos híbridos o eléctricos. No obstante, la antes mencionada combinación sigue teniendo su espacio y su valor, sobre todo porque también se ha abierto a la electrificación.

Además, los diésel de hoy son mucho menos contaminantes que los de hace una década y las berlinas son bastante más cómodas y eficientes que los todocaminos. Pero el público es soberano y el mercado manda, lo que ha dejado a las berlinas en un injusto segundo plano en relación a la estética, capacidad dinámica y confort que aportan.

La sexta generación del Clase C se presentó el año pasado, y en nuestra pequeña toma de contacto comprobamos lo bien que le sienta la “madurez” a esta berlina de tamaño medio. Una madurez que no está en absoluto reñida con el dinamismo, y eso Mercedes lo ha plasmado magistralmente en la imagen del modelo, más juvenil y llamativa que nunca.

Para dar carácter a su producto, la marca de la estrella ofrece de inicio dos acabados y paquetes “temáticos” de equipamiento a elegir, el más tradicional Avantgarde y el deportivo AMG Line, que es el que hemos tenido entre manos.

Con este acabado, el frontal presenta una parrilla “diamantada” gracias a elementos cromados, y son específicos los paragolpes y faldones, más aerodinámicos, como también las llantas de 18 pulgadas (19 de forma opcional, como las de la unidad probada).

Por dentro, claro, también hay detalles deportivos, caso del volante, los asientos, pedales en acero inoxidable o los difusores de aire en color cromo, todo lo cual se combina con materiales de alta calidad tanto a la vista como al tacto.

Pero sin duda lo que más destaca son las interfaces digitales, con una pantalla horizontal de 12,3” pulgadas para el cuadro de mandos y una vertical y táctil, de 11,9 pulgadas para el sistema MBUX de segunda generación, el verdadero centro funcional del coche.

En cuanto al espacio disponible, con casi 4,8 metros de longitud y 2,7 de distancia entre ejes, la amplitud no es un problema en ninguna de las plazas. El maletero, por su parte, tiene unos muy aprovechables 455 litros de capacidad.

Mecánica microhíbrida

En el nuevo Clase C, el motor diésel de cuatro cilindros y dos litros que impulsa al 220 d ofrece unos sensacionales 200 caballos de potencia y está asistido por un sistema de 48 voltios, es decir, que es un coche de hibridación ligera y obtiene la etiqueta Eco de la DGT. Esto hace que esta versión esté exenta del impuesto de matriculación y le provee de descuentos a la hora de aparcar en zonas reguladas, además de no tener limitación de acceso al centro de grandes núcleos urbanos.

El cambio es, como única opción, automático de 9 velocidades, lo que entre otras cosas permite al Clase C rodar en marchas largas para consumir menos, pero eso ya depende del tipo de conducción.

Al volante de este Mercedes impera absolutamente el confort. La posición de conducción es baja y ello da mayor sensación deportividad, algo que no será del agrado de quienes valoran la altura a la que se conduce en un SUV.

Antes de emprender la marcha toca familiarizarse con los recursos digitales. El cuadro de mandos tiene diferentes interfaces y se configura mediante unos mandos táctiles capacitivos en el volante que nos parecen, al menos hasta estar muy habituados, excesivamente sensibles y poco precisos. También desde el volante se puede gestionar el sistema multimedia, pero es más operativo hacerlo de manera táctil, sobre todo porque ofrece muy buena respuesta y la visualización es perfecta por al tamaño de la pantalla. Con el coche en movimiento, la mejor opción es apoyarse en los comandos por voz.

Conducción de altísimo nivel

Como buen Mercedes, la palanca del cambio automático sale de la columna de la dirección y está cerca del volante, pero este también dispone de levas para, si se desea, gestionar manualmente los cambios de marcha.

En parado y a bajas velocidades el sonido que llega al interior es mínimo, dado el gran nivel de aislamiento de este coche, y en carretera es todavía menos perceptible a regímenes bajos e incluso medios.

El motor diésel, con los mencionados 200 caballos de potencia, tiene un empuje fabuloso gracias a sus 440 Nm de par desde apenas 2.000 rpm, y ello se traduce en muy buena aceleración y recuperaciones.

Este Mercedes C 220 d cuenta con cuatro modos de conducción: Eco, Confort, Sport e Individual, y como es habitual en los más deportivos se nota una respuesta mucho más viva del motor y el cambio. Si a ello se une la dirección directa y el ajuste más firme de la amortiguación, además de la suspensión regulable de este modelo, el aplomo del coche es magnífico por mucho que se retuerza la carretera, y todo ello sin dejar de lado el confort propio de una berlina de la marca de la estrella.

Pero si en algo destaca esta variante diésel, y lo hace en gran medida, es en el consumo. Durante nuestra prueba, con más de 750 kilómetros recorridos, el gasto medio fue de 5,8 litros a los 100 km, pero en carretera mantuvimos prolongadamente niveles cercanos a los 5 litros. Con el depósito de 66 litros disponible, ello se traduce en autonomías que pueden ser sensiblemente superiores a los 1.000 kilómetros. En ello también tiene que ver la microhibridación, que con el sistema de 48 voltios permite sacar jugo a la conducción por inercia y además aporta más par y potencia (hasta 20 CV) cuando se necesitan prestaciones.

Precio a la altura

El Mercedes C 220 d, que es la versión más demandada de la gama, tiene un precio base de 47.163 euros. Obviamente, está a la altura del coche y la marca, aunque con un equipamiento que tiene lo necesario y esperado, pero es mejorable. Y aquí es donde entra en juego el poder adquisitivo del comprador, porque la factura puede aumentar exponencialmente con los paquetes disponibles y los elementos opcionales.

El pack AMG Line estándar cuesta 3.146 euros y dota al Clase C de características exteriores e interiores deportivas que son interesantes, pero se puede llegar al nivel AMG Line Premium Plus para, por 6.031 euros más, tener una lista enorme equipamiento como es el caso de la unidad probada, como por ejemplo el techo panorámico practicable, asientos con regulación eléctrica y memoria, navegación con realidad aumentada, climatización de cuatro zonas o Head Up Display, entre otros muchos elementos.

FICHA TÉCNICA

Motor: diésel.

Potencia (kW/CV): 147/200.

Cambio: automático, de 9 velocidades.

Largo (mm): 4.151.

Ancho (mm): 1.820.

Alto (mm): 1.437.

Maletero (litros): 455.

Velocidad máxima (km/h): 245.

De 0 a 100 km/h (seg.): 7,3.

Consumo medio (l/100 km): 5.

Emisiones CO2 (gr/km): 150.

Precio (euros): desde 47.163 euros.

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