Aunque hablar de una década en el mundo del automóvil es mucho, si nos remontamos diez años atrás veríamos que varias marcas tenían en la gama propuestas perfectamente clasificables como vehículos todoterreno por sus formas y orientación, aunque no fueran muy especializados, pero hoy el fenómeno SUV los ha engullido y ha “suavizado” el concepto aún más para llevarlo a un cliente generalista, que es lo que toca. Afortunadamente, hay fabricantes que, aunque sea bajo el paraguas de los SUV, ofrecen ese “plus” que permite un uso solvente fuera de carretera. Es el caso de Subaru con el Forester, un modelo que se lanzó hace ya un cuarto de siglo y que hoy se sigue mostrando como un coche grande y robusto que no deja de lado la tracción total ni la mecánica bóxer (de cilindros opuestos) con la que nació.