Fernando Alonso habla de la reciente renovación de Carlos Sainz con Ferrari

Antes del pasado fin de semana del Gran Premio de Emilia Romaña, la Scuderia Ferrari anunció la renovación de Carlos Sainz como piloto del equipo para las próximas dos temporadas. El madrileño consigue así una estabilidad contractual en la Fórmula 1 que le asegura un puesto en la parrilla hasta 2024, al igual que su compañero de equipo, Charles Leclerc. Cuatro años serán los que complete Carlos Sainz con el equipo Ferrari gracias a este nuevo contrato, uno menos que los que completó Fernando Alonso en Maranello desde 2010 hasta finales de 2014.

Antes del pasado fin de semana del Gran Premio de Emilia Romaña, la Scuderia Ferrari anunció la renovación de Carlos Sainz como piloto del equipo para las próximas dos temporadas. El madrileño consigue así una estabilidad contractual en la Fórmula 1 que le asegura un puesto en la parrilla hasta 2024, al igual que su compañero de equipo, Charles Leclerc.

Cuatro años serán los que complete Carlos Sainz con el equipo Ferrari gracias a este nuevo contrato, uno menos que los que completó Fernando Alonso en Maranello desde 2010 hasta finales de 2014. El asturiano, que fue piloto de Ferrari en el pasado, habla sobre la reciente renovación de su compatriota y amigo, alegrándose enormemente de ver como el joven piloto madrileño ha conseguido convencer a la directiva del equipo italiano y quieren continuar trabajando con él en un presente y futuro que parece prometedor en la Fórmula 1 gracias a un coche realmente competitivo.

“Estoy feliz por él, y obviamente por Ferrari. Creo que hicieron bien en continuar. Después de una buena temporada el año pasado y un buen comienzo ahora, obviamente tienen el coche más rápido, por lo que es bueno ver a Carlos en ese coche por algunos años más”, comenta Fernando Alonso en recientes declaraciones hablando sobre la reciente renovación de Carlos Sainz.

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Conducimos el nuevo Peugeot 308 SW, un modelo familiar con lo mejor de un compacto

Los familiares compactos son un éxito en Europa, pero no tanto en España, aunque sus ventas mantienen cierta estabilidad en los últimos años. La razón de ello, una vez más, la encontramos en la eclosión de los SUV, que al igual que sucede con las berlinas “tapan” las bondades de unos coches que son prácticos y desde luego más confortables y eficientes. En el caso del Peugeot 308 SW, además es un coche realmente atractivo, ya que sigue la pauta de diseño de la actualizada variante compacta y lo une a una parte trasera de estilo familiar que combina a la perfección.

Los familiares compactos son un éxito en Europa, pero no tanto en España, aunque sus ventas mantienen cierta estabilidad en los últimos años. La razón de ello, una vez más, la encontramos en la eclosión de los SUV, que al igual que sucede con las berlinas “tapan” las bondades de unos coches que son prácticos y desde luego más confortables y eficientes.

En el caso del Peugeot 308 SW, además es un coche realmente atractivo, ya que sigue la pauta de diseño de la actualizada variante compacta y lo une a una parte trasera de estilo familiar que combina a la perfección.

La carrocería Station Wagon del 308 es casi 27 cm más larga que la de cinco puertas y la distancia entre ejes crece en 5,5 cm. Esto se traduce en un mayor espacio general que se reparte principalmente en las plazas traseras y en el maletero, como veremos.

Estéticamente, la parte delantera no presenta grandes diferencias con respecto al compacto, de modo que luce la misma parrilla con el nuevo logotipo de Peugeot en el centro y las luces LED tomando la particular y agresiva forma de “colmillos”.

Todo el conjunto tiene una silueta musculosa que afecta también a los laterales en toda su superficie, y el perfil presenta una inclinación trasera que lo hace más deportivo y aerodinámico.

La zaga, con el gran portón como protagonista, sí marca diferencias con respecto al cinco puertas al carecer de la banda negra que une las atractivas y modulares luces LED.

En el interior, la parte delantera es igual que la del compacto, con el i-Cockpit de tercera generación más orientado al conductor y con las características ya conocidas: volante pequeño, cuadro de mandos elevado y sistema multimedia de 10 pulgadas en la consola central.

Por detrás se notan más diferencias, porque la mayor batalla provee a las plazas traseras de un mayor espacio disponible, como hemos comprobado personalmente en la presentación a la prensa. El maletero de las versiones térmicas ofrece 608 litros en su configuración estándar, y el suelo de este se puede poner en dos alturas. Los 308 SW híbridos no tienen esta posibilidad y, por la presencia de la batería, recortan su espacio hasta unos igualmente aprovechables 548 litros. El acceso al maletero se hace mediante un portón que puede estar motorizado, lo que hace más cómoda su apertura.

Una oferta multitecnológica

La gama mecánica del este 308 familiar es bastante variada. En gasolina hay dos motores PureTech a elegir, uno de 110 y otro de 130 caballos, y en diésel hay una interesante opción BlueHDi también de 130 caballos. Excepto la variante de acceso, el resto se puede combinar con una caja de cambios automática de 8 velocidades, algo que recomendamos por su eficiencia y comodidad.

Con un cada vez mayor peso de la electrificación en la gama global de Peugeot, la marca propone para el 308 SW dos mecánicas híbridas enchufables de gasolina, una de 180 caballos y otra de 225, las cuales ofrecen hasta 60 km de autonomía eléctrica. Ello prácticamente cubre la media de kilómetros que se hacen a diario, además de proveer a este modelo de la etiqueta Cero de la DGT con sus ventajas fiscales, de aparcamiento y de movilidad.

Al volante del 308 SW, la posición de conducción es baja, cómoda y ergonómica, pero hay que jugar con la altura del volante para que no tape la instrumentación digital. Esta es configurable y las variantes GT Line y GT lo tienen disponible con efecto 3D.

En el centro del salpicadero se ubica la pantalla táctil multimedia de 10 pulgadas y alta definición. El manejo es bastante sencillo, muy parecido al de un smartphone o tableta actual por la posibilidad de agrupar funciones al gusto, y además responde con fluidez.

Bajo la pantalla está la práctica banda digital E-Toogle, unas “ventanas digitales” que se pueden configurar como acceso directo a funciones del sistema de entretenimiento o a algunas específicas como la llamada a un teléfono habitual o una dirección en el navegador.

En la toma de contacto con el 308 SW, tanto la versión híbrida enchufable como la diésel en acabado GT Line probadas mostraron un comportamiento equilibrado tanto en autovía como en carreteras nacionales, con una suspensión firme pero confortable. Las mecánicas son más que solventes por potencia, y el mayor peso de la variante híbrida queda más que compensado por sus 180 o 225 caballos. La capacidad dinámica no dista mucho de la del compacto, y por ello se disfruta mucho al volante.

Por su parte, y como es habitual en los híbridos enchufables, el modo eléctrico “anula” el motor térmico para conducir con suavidad y silencio durante unos cuantos kilómetros, sobre todo en zonas urbanas, con el consiguiente ahorro de combustible.

Desde 24.950 euros

La gama del Peugeot 308 SW está estructurada en torno a los acabados Active Pack, Allure, Allure Pack, GT y GT Pack, cada uno con un escalonamiento de equipamiento que justifica un precio que arranca en los 24.950 euros en el caso de las variantes térmicas y en 35.480 en el de las híbridas enchufables (con ayudas del Plan Moves III). No obstante, si se financia con cuotas, Peugeot ha igualado las de las versiones térmicas e híbridas y se pueden adquirir por 255 euros al mes.

El equipamiento es otro de los aspectos destacados de este modelo en tanto que las opciones son muchas, pero ya de base contempla elementos como las llantas de 16 o 17 pulgadas, climatizador bizona, pantalla multimedia de 10 pulgadas, sensor trasero de aparcamiento, reconocimiento de señales de tráfico y control y control de carril, por citar algunos.

A partir de ahí se pueden añadir, por ejemplo, faros Full LED matriciales, llantas de hasta 18 pulgadas, navegación conectada, cargador inalámbrico, conexión Bluetooth con dos dispositivos móviles, cuadro digital en 3D o el pack Drive Assist 2.0 con cambio de carril semiautomático, adaptador de velocidad en curva, control de crucero adaptativo con función Stop and Go y la ayuda al mantenimiento de carril.

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Al volante del nuevo Mercedes C 220 d, la berlina alemana con la que el diésel se reivindica

Si hace diez años estuviéramos hablando de una berlina con motor diésel, entraría dentro de lo normal, pero hoy el panorama automovilístico ha cambiado mucho por el auge de los SUV y los vehículos híbridos o eléctricos. No obstante, la antes mencionada combinación sigue teniendo su espacio y su valor , sobre todo porque también se ha abierto a la electrificación

Si hace diez años estuviéramos hablando de una berlina con motor diésel, entraría dentro de lo normal, pero hoy el panorama automovilístico ha cambiado mucho por el auge de los SUV y los vehículos híbridos o eléctricos. No obstante, la antes mencionada combinación sigue teniendo su espacio y su valor, sobre todo porque también se ha abierto a la electrificación.

Además, los diésel de hoy son mucho menos contaminantes que los de hace una década y las berlinas son bastante más cómodas y eficientes que los todocaminos. Pero el público es soberano y el mercado manda, lo que ha dejado a las berlinas en un injusto segundo plano en relación a la estética, capacidad dinámica y confort que aportan.

La sexta generación del Clase C se presentó el año pasado, y en nuestra pequeña toma de contacto comprobamos lo bien que le sienta la “madurez” a esta berlina de tamaño medio. Una madurez que no está en absoluto reñida con el dinamismo, y eso Mercedes lo ha plasmado magistralmente en la imagen del modelo, más juvenil y llamativa que nunca.

Para dar carácter a su producto, la marca de la estrella ofrece de inicio dos acabados y paquetes “temáticos” de equipamiento a elegir, el más tradicional Avantgarde y el deportivo AMG Line, que es el que hemos tenido entre manos.

Con este acabado, el frontal presenta una parrilla “diamantada” gracias a elementos cromados, y son específicos los paragolpes y faldones, más aerodinámicos, como también las llantas de 18 pulgadas (19 de forma opcional, como las de la unidad probada).

Por dentro, claro, también hay detalles deportivos, caso del volante, los asientos, pedales en acero inoxidable o los difusores de aire en color cromo, todo lo cual se combina con materiales de alta calidad tanto a la vista como al tacto.

Pero sin duda lo que más destaca son las interfaces digitales, con una pantalla horizontal de 12,3” pulgadas para el cuadro de mandos y una vertical y táctil, de 11,9 pulgadas para el sistema MBUX de segunda generación, el verdadero centro funcional del coche.

En cuanto al espacio disponible, con casi 4,8 metros de longitud y 2,7 de distancia entre ejes, la amplitud no es un problema en ninguna de las plazas. El maletero, por su parte, tiene unos muy aprovechables 455 litros de capacidad.

Mecánica microhíbrida

En el nuevo Clase C, el motor diésel de cuatro cilindros y dos litros que impulsa al 220 d ofrece unos sensacionales 200 caballos de potencia y está asistido por un sistema de 48 voltios, es decir, que es un coche de hibridación ligera y obtiene la etiqueta Eco de la DGT. Esto hace que esta versión esté exenta del impuesto de matriculación y le provee de descuentos a la hora de aparcar en zonas reguladas, además de no tener limitación de acceso al centro de grandes núcleos urbanos.

El cambio es, como única opción, automático de 9 velocidades, lo que entre otras cosas permite al Clase C rodar en marchas largas para consumir menos, pero eso ya depende del tipo de conducción.

Al volante de este Mercedes impera absolutamente el confort. La posición de conducción es baja y ello da mayor sensación deportividad, algo que no será del agrado de quienes valoran la altura a la que se conduce en un SUV.

Antes de emprender la marcha toca familiarizarse con los recursos digitales. El cuadro de mandos tiene diferentes interfaces y se configura mediante unos mandos táctiles capacitivos en el volante que nos parecen, al menos hasta estar muy habituados, excesivamente sensibles y poco precisos. También desde el volante se puede gestionar el sistema multimedia, pero es más operativo hacerlo de manera táctil, sobre todo porque ofrece muy buena respuesta y la visualización es perfecta por al tamaño de la pantalla. Con el coche en movimiento, la mejor opción es apoyarse en los comandos por voz.

Conducción de altísimo nivel

Como buen Mercedes, la palanca del cambio automático sale de la columna de la dirección y está cerca del volante, pero este también dispone de levas para, si se desea, gestionar manualmente los cambios de marcha.

En parado y a bajas velocidades el sonido que llega al interior es mínimo, dado el gran nivel de aislamiento de este coche, y en carretera es todavía menos perceptible a regímenes bajos e incluso medios.

El motor diésel, con los mencionados 200 caballos de potencia, tiene un empuje fabuloso gracias a sus 440 Nm de par desde apenas 2.000 rpm, y ello se traduce en muy buena aceleración y recuperaciones.

Este Mercedes C 220 d cuenta con cuatro modos de conducción: Eco, Confort, Sport e Individual, y como es habitual en los más deportivos se nota una respuesta mucho más viva del motor y el cambio. Si a ello se une la dirección directa y el ajuste más firme de la amortiguación, además de la suspensión regulable de este modelo, el aplomo del coche es magnífico por mucho que se retuerza la carretera, y todo ello sin dejar de lado el confort propio de una berlina de la marca de la estrella.

Pero si en algo destaca esta variante diésel, y lo hace en gran medida, es en el consumo. Durante nuestra prueba, con más de 750 kilómetros recorridos, el gasto medio fue de 5,8 litros a los 100 km, pero en carretera mantuvimos prolongadamente niveles cercanos a los 5 litros. Con el depósito de 66 litros disponible, ello se traduce en autonomías que pueden ser sensiblemente superiores a los 1.000 kilómetros. En ello también tiene que ver la microhibridación, que con el sistema de 48 voltios permite sacar jugo a la conducción por inercia y además aporta más par y potencia (hasta 20 CV) cuando se necesitan prestaciones.

Precio a la altura

El Mercedes C 220 d, que es la versión más demandada de la gama, tiene un precio base de 47.163 euros. Obviamente, está a la altura del coche y la marca, aunque con un equipamiento que tiene lo necesario y esperado, pero es mejorable. Y aquí es donde entra en juego el poder adquisitivo del comprador, porque la factura puede aumentar exponencialmente con los paquetes disponibles y los elementos opcionales.

El pack AMG Line estándar cuesta 3.146 euros y dota al Clase C de características exteriores e interiores deportivas que son interesantes, pero se puede llegar al nivel AMG Line Premium Plus para, por 6.031 euros más, tener una lista enorme equipamiento como es el caso de la unidad probada, como por ejemplo el techo panorámico practicable, asientos con regulación eléctrica y memoria, navegación con realidad aumentada, climatización de cuatro zonas o Head Up Display, entre otros muchos elementos.

FICHA TÉCNICA

Motor: diésel.

Potencia (kW/CV): 147/200.

Cambio: automático, de 9 velocidades.

Largo (mm): 4.151.

Ancho (mm): 1.820.

Alto (mm): 1.437.

Maletero (litros): 455.

Velocidad máxima (km/h): 245.

De 0 a 100 km/h (seg.): 7,3.

Consumo medio (l/100 km): 5.

Emisiones CO2 (gr/km): 150.

Precio (euros): desde 47.163 euros.

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¿Qué coche escogerías para firmar un contrato de renting y cuánto estarías dispuesto a pagar?

El renting es una modalidad de disfrutar de un coche sin tener que desembolsar los grandes gastos iniciales ni tener que hacerse cargo, por ejemplo, del mantenimiento periódico. Es una suerte de alquiler a largo plazo en el que, mediante el pago de una cuota mensual, si tiene el usufructo del coche durante un periodo de tiempo determinado fijado por un contrato. Existe un gran abanico de opciones a la hora de escoger un coche de renting y, al parecer, los españoles preferirían apostar por un coche nuevo híbrido .

El renting es una modalidad de disfrutar de un coche sin tener que desembolsar los grandes gastos iniciales ni tener que hacerse cargo, por ejemplo, del mantenimiento periódico. Es una suerte de alquiler a largo plazo en el que, mediante el pago de una cuota mensual, si tiene el usufructo del coche durante un periodo de tiempo determinado fijado por un contrato.

Existe un gran abanico de opciones a la hora de escoger un coche de renting y, al parecer, los españoles preferirían apostar por un coche nuevo híbrido. El 55% de los encuestados por Coches.net firmaría un contrato de renting y el 26,8% lo haría por este tipo de vehículo.

El 9,2% aprovecharía para disfrutar de un eléctrico, el 1,3% escogería un modelo de pila de hidrógeno y el 0,7%, de gas licuado de petróleo (GLP) o gas natural comprimido (GNC).

No más de 300 euros al mes

Sin embargo, los españoles que apostarían por un contrato de renting tienen claro que no pagarían más de 300 euros al mes por ello (seis de cada diez encuestados), una cantidad que muchas veces se supera en el caso de los vehículos híbridos o eléctricos puros. El 60% de los encuestados, a este respecto, opinan que el precio de la cuota no debería subir por tratarse de un vehículo de emisiones reducidas.

Pero, por otro lado, hay conductores que sí desembolsarían hasta 400 euros por un renting de vehículo nuevo, en concreto, tres de cada diez. Solo el 10% de los consultados está dispuesto a destinar más de 400 euros mensuales.

Tres años a 20.000 kilómetros por año

La mitad de los consultados contrataría un servicio de renting por un periodo entre dos y tres años, mientras que el 30% lo haría por un periodo de hasta cinco años. También el 50% optaría por contratar hasta un máximo de 20.000 kilómetros anuales si el modelo de renting fuera nuevo.

Por último, para la mayoría de usuarios, tanto para un renting de vehículo nuevo como de ocasión, el criterio más importante es que el coche disponga de un buen servicio de mantenimiento y averías. La gestión del seguro, el vehículo de reemplazo, los neumáticos y el poder incluir kilómetros ilimitados completan las cinco prestaciones que consideran imprescindibles para contratar un renting.

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