Analizamos el renovado Subaru Forester, un SUV con etiqueta Eco para ir más allá del asfalto

Aunque hablar de una década en el mundo del automóvil es mucho, si nos remontamos diez años atrás veríamos que varias marcas tenían en la gama propuestas perfectamente clasificables como vehículos todoterreno por sus formas y orientación, aunque no fueran muy especializados, pero hoy el fenómeno SUV los ha engullido y ha “suavizado” el concepto aún más para llevarlo a un cliente generalista, que es lo que toca. Afortunadamente, hay fabricantes que, aunque sea bajo el paraguas de los SUV, ofrecen ese “plus” que permite un uso solvente fuera de carretera. Es el caso de Subaru con el Forester, un modelo que se lanzó hace ya un cuarto de siglo y que hoy se sigue mostrando como un coche grande y robusto que no deja de lado la tracción total ni la mecánica bóxer (de cilindros opuestos) con la que nació.

Aunque hablar de una década en el mundo del automóvil es mucho, si nos remontamos diez años atrás veríamos que varias marcas tenían en la gama propuestas perfectamente clasificables como vehículos todoterreno por sus formas y orientación, aunque no fueran muy especializados, pero hoy el fenómeno SUV los ha engullido y ha “suavizado” el concepto aún más para llevarlo a un cliente generalista, que es lo que toca.

Afortunadamente, hay fabricantes que, aunque sea bajo el paraguas de los SUV, ofrecen ese “plus” que permite un uso solvente fuera de carretera. Es el caso de Subaru con el Forester, un modelo que se lanzó hace ya un cuarto de siglo y que hoy se sigue mostrando como un coche grande y robusto que no deja de lado la tracción total ni la mecánica bóxer (de cilindros opuestos) con la que nació. Todo ello mejorado con una tecnología híbrida que aquilata el consumo y además permite clasificarlo con la etiqueta Eco de la DGT, con las ventajas impositivas y de movilidad que eso lleva aparejado.

Hablamos de un SUV compacto de los grandes, con más de 4,6 metros de largo y una estética puesta al día con una nueva parrilla negra y ópticas más modernas, pero sin dejar de lado detalles como los protectores inferiores que tanto enfatizan su figura.

Es un coche ideal para familias, ya que tiene bastante amplitud en todas las plazas, el interior es modulable y dispone también de un maletero de 509 litros de capacidad.

El sistema híbrido autorrecargable que impulsa a este modelo está conformado por un motor de 2 litros bóxer de 150 caballos y un propulsor eléctrico de 12,3 kW. Junto a ellos hay una pequeña batería de 0,6 kWh que, cuando está cargada, aporta suficiente energía para que el coche funcione en modo eléctrico en pequeñas maniobras y durante aproximadamente 1,6 kilómetros si no se superan los 40 km/h, además de asistir al motor térmico cuando se necesita potencia. El sistema actúa de forma automática. Por su parte, el cambio, también automático, es por variador continuo.

Todo bajo control

El puesto de conducción ofrece una posición elevada y los asientos son bastante cómodos. El cuadro de mandos es analógico, con los clásicos relojes, pero entre ellos hay una pantalla digital con información básica de conducción. En el centro del salpicadero su ubica la pantalla de 8 pulgadas del sistema multimedia, muy fácil de utilizar y compatible con los sistemas Apple CarPlay y Android Auto, y en la parte superior hay una tercera pantalla que aporta información sobre consumo, el estado de activación de las ayudas de seguridad del paquete Eye Sight o parámetros útiles en conducción off road como el ángulo de inclinación del coche.

Y es que el valor añadido de este modelo es la inclusión, de serie, del sistema de tracción total simétrica S-AWD, un desarrollo que proviene de muchos años de experiencia, incluso en el mundo de la competición. Adicionalmente, a través de un mando circular en la consola central, se pueden seleccionar dos programas específicos X-Mode para condiciones de nieve o tjerra (Snow/Dirt), por un lado, o nieve profunda y barro (Deep snow/Mud) por otro, y también cuenta con un sistema de control de descensos (Hill Descent Control) para mantener una velocidad constante en bajadas con inclinación pronunciada. Estas capacidades, unidas a una altura al suelo de 220 milímetros, permiten un desempeño fuera de carretera más que interesante.

Dentro y fuera del asfalto

Nuestra prueba tuvo como punto de partida la ciudad, donde el coche ofrece un funcionamiento suave gracias al motor eléctrico, pero en la práctica dura poco. Además, hablamos de un conjunto de 4,6 metros con una maniobrabilidad justa para calles estrechas. Por contra, es un coche alto y con mucha visibilidad para controlar el tráfico y todo lo que nos rodea.

En carretera ya toma protagonismo el motor térmico, que aunque tiene potencia la aporta de una manera demasiado progresiva. Desde el volante se pueden seleccionar los modos Intelligent (para primar el ahorro de combustible) o Sport (deportivo), pero el Forester no brilla por prestaciones fulgurantes. Eso sí, es destacable el confort de marcha, sobre todo en autovías y autopistas, y también cómo se desenvuelve por los caminos, que parecen hechos para él por la facilidad con la que se conduce por ellos, por muy rotos que estén.

En cuanto al consumo, durante nuestro test hemos obtenido la misma media que la homologada por Subaru: 8,1 litros a los 100 km, un apartado en el que no destaca especialmente a pesar de ser un coche híbrido.

Equipamiento muy elevado

El Subaru Forester tiene un precio de partida de 35.400 euros (acabado Sport Plus), en línea con otros SUV de tecnología híbrida y tracción total con similar tamaño, pero en este caso con un equipamiento de serie muy completo. Además de la tracción total con los perfiles X-Mode y el control de descensos, destacan los faros LED, barras en el techo, llantas de 17 pulgadas, sistema multimedia con pantalla de 8 pulgadas, climatizador o el paquete de seguridad Eye Sight, cuyo alcance y funciones han sido mejoradas con la última actualización.

La versión probada es la Executive Plus, cuyo precio asciende a los 39.900 euros y agrega, por ejemplo, techo solar, sistema de acceso y arranque sin llave, reglaje eléctrico de los asientos, portón con apertura y cierre automáticos y más funcionalidades de seguridad como el sistema de frenada de emergencia marcha atrás o la cámara de visión trasera. Cabe significar también el sistema de monitorización del conductor, que como hemos comprobado “vigila” cualquier distracción de quien está al volante y se complementa con una función para controlar el sistema de climatización por gestos.

FICHA TÉCNICA

Motor: gasolina, híbrido no enchufable.

Potencia (kW/CV): 110/150.

Cambio: Automático.

Largo (mm): 4.640.

Ancho (mm): 1.815.

Alto (mm): 1.730.

Maletero (litros): 509.

Velocidad máxima (km/h): 188.

De 0 a 100 km/h (seg.): 11,8.

Consumo medio (l/100 km): 8,1.

Emisiones CO2(gr/km): 185.

Precio (euros): desde 35.400.

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Al volante del nuevo Mercedes C 220 d, la berlina alemana con la que el diésel se reivindica

Si hace diez años estuviéramos hablando de una berlina con motor diésel, entraría dentro de lo normal, pero hoy el panorama automovilístico ha cambiado mucho por el auge de los SUV y los vehículos híbridos o eléctricos. No obstante, la antes mencionada combinación sigue teniendo su espacio y su valor , sobre todo porque también se ha abierto a la electrificación

Si hace diez años estuviéramos hablando de una berlina con motor diésel, entraría dentro de lo normal, pero hoy el panorama automovilístico ha cambiado mucho por el auge de los SUV y los vehículos híbridos o eléctricos. No obstante, la antes mencionada combinación sigue teniendo su espacio y su valor, sobre todo porque también se ha abierto a la electrificación.

Además, los diésel de hoy son mucho menos contaminantes que los de hace una década y las berlinas son bastante más cómodas y eficientes que los todocaminos. Pero el público es soberano y el mercado manda, lo que ha dejado a las berlinas en un injusto segundo plano en relación a la estética, capacidad dinámica y confort que aportan.

La sexta generación del Clase C se presentó el año pasado, y en nuestra pequeña toma de contacto comprobamos lo bien que le sienta la “madurez” a esta berlina de tamaño medio. Una madurez que no está en absoluto reñida con el dinamismo, y eso Mercedes lo ha plasmado magistralmente en la imagen del modelo, más juvenil y llamativa que nunca.

Para dar carácter a su producto, la marca de la estrella ofrece de inicio dos acabados y paquetes “temáticos” de equipamiento a elegir, el más tradicional Avantgarde y el deportivo AMG Line, que es el que hemos tenido entre manos.

Con este acabado, el frontal presenta una parrilla “diamantada” gracias a elementos cromados, y son específicos los paragolpes y faldones, más aerodinámicos, como también las llantas de 18 pulgadas (19 de forma opcional, como las de la unidad probada).

Por dentro, claro, también hay detalles deportivos, caso del volante, los asientos, pedales en acero inoxidable o los difusores de aire en color cromo, todo lo cual se combina con materiales de alta calidad tanto a la vista como al tacto.

Pero sin duda lo que más destaca son las interfaces digitales, con una pantalla horizontal de 12,3” pulgadas para el cuadro de mandos y una vertical y táctil, de 11,9 pulgadas para el sistema MBUX de segunda generación, el verdadero centro funcional del coche.

En cuanto al espacio disponible, con casi 4,8 metros de longitud y 2,7 de distancia entre ejes, la amplitud no es un problema en ninguna de las plazas. El maletero, por su parte, tiene unos muy aprovechables 455 litros de capacidad.

Mecánica microhíbrida

En el nuevo Clase C, el motor diésel de cuatro cilindros y dos litros que impulsa al 220 d ofrece unos sensacionales 200 caballos de potencia y está asistido por un sistema de 48 voltios, es decir, que es un coche de hibridación ligera y obtiene la etiqueta Eco de la DGT. Esto hace que esta versión esté exenta del impuesto de matriculación y le provee de descuentos a la hora de aparcar en zonas reguladas, además de no tener limitación de acceso al centro de grandes núcleos urbanos.

El cambio es, como única opción, automático de 9 velocidades, lo que entre otras cosas permite al Clase C rodar en marchas largas para consumir menos, pero eso ya depende del tipo de conducción.

Al volante de este Mercedes impera absolutamente el confort. La posición de conducción es baja y ello da mayor sensación deportividad, algo que no será del agrado de quienes valoran la altura a la que se conduce en un SUV.

Antes de emprender la marcha toca familiarizarse con los recursos digitales. El cuadro de mandos tiene diferentes interfaces y se configura mediante unos mandos táctiles capacitivos en el volante que nos parecen, al menos hasta estar muy habituados, excesivamente sensibles y poco precisos. También desde el volante se puede gestionar el sistema multimedia, pero es más operativo hacerlo de manera táctil, sobre todo porque ofrece muy buena respuesta y la visualización es perfecta por al tamaño de la pantalla. Con el coche en movimiento, la mejor opción es apoyarse en los comandos por voz.

Conducción de altísimo nivel

Como buen Mercedes, la palanca del cambio automático sale de la columna de la dirección y está cerca del volante, pero este también dispone de levas para, si se desea, gestionar manualmente los cambios de marcha.

En parado y a bajas velocidades el sonido que llega al interior es mínimo, dado el gran nivel de aislamiento de este coche, y en carretera es todavía menos perceptible a regímenes bajos e incluso medios.

El motor diésel, con los mencionados 200 caballos de potencia, tiene un empuje fabuloso gracias a sus 440 Nm de par desde apenas 2.000 rpm, y ello se traduce en muy buena aceleración y recuperaciones.

Este Mercedes C 220 d cuenta con cuatro modos de conducción: Eco, Confort, Sport e Individual, y como es habitual en los más deportivos se nota una respuesta mucho más viva del motor y el cambio. Si a ello se une la dirección directa y el ajuste más firme de la amortiguación, además de la suspensión regulable de este modelo, el aplomo del coche es magnífico por mucho que se retuerza la carretera, y todo ello sin dejar de lado el confort propio de una berlina de la marca de la estrella.

Pero si en algo destaca esta variante diésel, y lo hace en gran medida, es en el consumo. Durante nuestra prueba, con más de 750 kilómetros recorridos, el gasto medio fue de 5,8 litros a los 100 km, pero en carretera mantuvimos prolongadamente niveles cercanos a los 5 litros. Con el depósito de 66 litros disponible, ello se traduce en autonomías que pueden ser sensiblemente superiores a los 1.000 kilómetros. En ello también tiene que ver la microhibridación, que con el sistema de 48 voltios permite sacar jugo a la conducción por inercia y además aporta más par y potencia (hasta 20 CV) cuando se necesitan prestaciones.

Precio a la altura

El Mercedes C 220 d, que es la versión más demandada de la gama, tiene un precio base de 47.163 euros. Obviamente, está a la altura del coche y la marca, aunque con un equipamiento que tiene lo necesario y esperado, pero es mejorable. Y aquí es donde entra en juego el poder adquisitivo del comprador, porque la factura puede aumentar exponencialmente con los paquetes disponibles y los elementos opcionales.

El pack AMG Line estándar cuesta 3.146 euros y dota al Clase C de características exteriores e interiores deportivas que son interesantes, pero se puede llegar al nivel AMG Line Premium Plus para, por 6.031 euros más, tener una lista enorme equipamiento como es el caso de la unidad probada, como por ejemplo el techo panorámico practicable, asientos con regulación eléctrica y memoria, navegación con realidad aumentada, climatización de cuatro zonas o Head Up Display, entre otros muchos elementos.

FICHA TÉCNICA

Motor: diésel.

Potencia (kW/CV): 147/200.

Cambio: automático, de 9 velocidades.

Largo (mm): 4.151.

Ancho (mm): 1.820.

Alto (mm): 1.437.

Maletero (litros): 455.

Velocidad máxima (km/h): 245.

De 0 a 100 km/h (seg.): 7,3.

Consumo medio (l/100 km): 5.

Emisiones CO2 (gr/km): 150.

Precio (euros): desde 47.163 euros.

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La polémica rotonda de un pueblo vasco: los autobuses tienen que pisarla para circular

Dentro de las diferentes posibilidades que existen para ordenar el tráfico urbano así como el interurbano, las rotondas y glorietas cobran un especial protagonismo . A veces mejor diseñadas, a veces peor, las rotondas suponen un verdadero reto para algunos conductores ya que no siempre se sabe bien cómo conducir por ellas . Pero, en lo que al diseño respecta, hay ideas que acaban resultando más prácticas que otras que, por el contrario, se convierten más bien en un engorro para los conductores.

Dentro de las diferentes posibilidades que existen para ordenar el tráfico urbano así como el interurbano, las rotondas y glorietas cobran un especial protagonismo. A veces mejor diseñadas, a veces peor, las rotondas suponen un verdadero reto para algunos conductores ya que no siempre se sabe bien cómo conducir por ellas.

Pero, en lo que al diseño respecta, hay ideas que acaban resultando más prácticas que otras que, por el contrario, se convierten más bien en un engorro para los conductores. Un buen ejemplo de ello es la rotonda recién estrenada en la localidad de Mondragón/Arrasate, tal y como han manifestado algunos usuarios en redes sociales.

Una rotonda pisable

Esta rotonda es “pisable” según las declaraciones de la diputada de Infraestructuras Viarias, Aintzane Oiarbide, el pasado viernes durante su inauguración. Y así se ve en el vídeo que ha colgado en Twitter un usuario, donde aparece un autobús urbano atravesando, literalmente, la glorieta.

Lo de la Rotonda de Arrasate es brutal. 168.000 euros ha costado pic.twitter.com/RlSrqeD4CJ

— Txapela (@FuTTxapela) April 8, 2022

Según la diputada, el anillo interior de la rotonda mide 8,10 metros debido a la falta de espacio disponible para su diseño. El escaso terreno sobre el que ha sido diseñada obliga, entonces, a los vehículos más voluminosos como camiones o autobuses a cruzar por completo la rotonda, sin realizar el dibujo ni el giro que sería pertinente. La construcción de esta glorieta habría costado, según informó El Diario Vasco, un total de 168.108 euros y se ha construido en dos meses.

Sin embargo, Oiarbide declaró que la rotonda ralentizará la velocidad de los vehículos que lleguen a ella desde la variante y que facilitará los movimientos, aunque por lo que puede apreciarse en el vídeo no se sabe si todos los conductores, especialmente los de autobuses, coincidirían con esa misma afirmación.

Cuando existen estos problemas de espacio para construir rotondas por las que van a pasar otros vehículos voluminosos, se pueden adoptar otro tipo de soluciones como la que, por ejemplo, se aplicó en la pequeña localidad de Elantxobe, donde existe una pequeña glorieta en la que una plataforma es la que gira al autobús para evitar que tenga que maniobrar o pisar el centro de la rotatoria.

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Lynk & Co ha llegado a España para que no te compres un coche y uses uno suyo por suscripción

Lynk & Co es una marca que nació en el año 2016 y que pertenece al gigante asiático Geely Automobile, también propietario de Volvo Cars y Polestar. Empezó a operar en Europa en octubre de 2020, y desde entonces se está haciendo camino en el sector, pero no de una forma tradicional, precisamente. Es cierto que poco a poco las marcas van testando nuevas fórmulas de plantear su negocio y la movilidad, pero Lynk & Co basa su modelo, ya desde su nacimiento, en coches por suscripción

Lynk & Co es una marca que nació en el año 2016 y que pertenece al gigante asiático Geely Automobile, también propietario de Volvo Cars y Polestar. Empezó a operar en Europa en octubre de 2020, y desde entonces se está haciendo camino en el sector, pero no de una forma tradicional, precisamente.

Es cierto que poco a poco las marcas van testando nuevas fórmulas de plantear su negocio y la movilidad, pero Lynk & Co basa su modelo, ya desde su nacimiento, en coches por suscripción.

El belga Alain Visser es el CEO de la marca. Es un hombre risueño, amable y se le ve lleno de energía e ilusión. Lleva más de 35 años en la industria, con experiencia en marcas como Opel, Ford y más recientemente en Volvo Cars como responsable de Marketing, Ventas y Servicio al cliente, y ha tenido la amabilidad de atender a 20 Minutos para explicar el concepto bajo el que su marca ha llegado a Europa y con el que quiere asentarse en nuestro país.

“Aunque el sector del automóvil está lleno de innovaciones, cada vez más importantes, el modelo de negocio es el mismo que hace un siglo: fabricar coches y venderlos por medio de los concesionarios. Llevo 35 años en la industria y no hay cambios en este sentido, pero el mundo evoluciona”, comenta Alain en un perfecto español. “Nosotros creemos que la experiencia del cliente con el automóvil es más importante que la propiedad, y por eso el objetivo es que el coche se utilice, no tanto que se venda”, agrega.

Este punto es importante, porque cuando adquirimos un coche, más del 90% del tiempo está aparcado y sin uso, lo cual es “sumamente ineficiente”, en opinión de Visser, quien agrega que “nosotros vamos a cambiar el paradigma y que se usen los vehículos de otra manera; queremos ser el ‘Netflix’ de los coches”.

En Lynk & Co apuestan por la simplificación, y por ello solo hay un modelo disponible, el Lynk & Co 01, que tiene un equipamiento cerrado (y completísimo) y solo se podrá elegir en dos colores, negro o azul. Es un coche híbrido enchufable, lo que le otorga la etiqueta Cero de la DGT, que ya es una ventaja en términos de movilidad en las grandes ciudades, y tiene una autonomía eléctrica de 70 km, “suficiente para que la mayoría de personas que viven en la periferia de las grandes ciudades no tengan que usar la gasolina y moverse solo con electricidad”, asegura el CEO de Lynk & Co.

500 euros al mes… o mucho menos

El coste de suscripción mensual es de 500 euros, y está todo incluido: el coche, el seguro, mantenimiento y servicios. Lo único que no incluye es el gasto de combustible y/o electricidad, que corre a cargo del usuario. Este contrato solo vincula mes a mes y se puede romper en cualquier momento al término de cada mensualidad.

Pero después entra en juego uno de los grandes valores añadidos de Lynk & Co: la posibilidad de reducir la cuota de suscripción mediante la cesión del propio coche.

La fórmula es sencilla y el proceso se completa mediante una aplicación en el móvil. Cada suscriptor fija el precio por hora de su coche, lo pone “en mercado” cuando no lo utilice y quien lo necesite solo tiene que seleccionarlo en un mapa. Elegido el coche y recibido un código, el propio móvil hace de “llave digital” para abrirlo y disfrutarlo el tiempo pactado y al coste fijado, y esa cuantía se descuenta de la cuota mensual de 500 euros.

Para controlar el estado del vehículo, la aplicación obliga a hacer fotos del coche antes y después del uso, y se debe dejar con el mismo nivel de combustible con el que se ha recogido.

Todo un SUV de categoría premium

El único modelo disponible, como hemos dicho, es un Lynk & Co 01, un SUV de 4,5 metros de longitud cuyo diseño no dejará indiferente a nadie por su toque vanguardista. Pero además tiene un amplio y lujoso interior, cuenta con techo panorámico practicable y el maletero tiene una capacidad de 466 litros. Es un coche de alto nivel que cubre cualquier necesidad.

La plataforma y la base tecnológica es la misma que la del Volvo XC40, toda una una garantía de calidad. Si bien Lynk & Co dispone de una versión HEV autorrecargable del 01, el servicio de suscripción se centra, al menos de momento, en la versión PHEV híbrida enchufable, que dispone de un motor gasolina de 1,5 litros y 180 caballos en combinación con un bloque eléctrico de 60 kW y una batería de 17,6 kWh de capacidad. El sistema ofrece una potencia total de 260 caballos, pero, como hemos adelantado al principio, también otorga 70 km de autonomía eléctrica. El cambio, por su parte, es automático de siete velocidades.

Con el sistema eléctrico cargado (la recarga dura 5 horas en un enchufe doméstico), el consumo medio de combustible es de solo 1,7 litros a los 100 km, y en el apartado de prestaciones es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 8 segundos y alcanzar una velocidad punta de 210 km/h.

Como vemos, sobre el papel es un gran coche, pero es que además la calidad está y se percibe, como hemos comprobado en una breve toma de contacto.

Con claras y completas interfaces digitales en el cuadro de mandos y en el sistema multimedia, con las que se tiene el control de todo, la conducción tiene un claro “sabor” premium gracias, entre otras cosas, a un excelente aislamiento interior y un gran confort de marcha.

Tiene tres modos de conducción, Pure (solo eléctrico), Hybrid (gestión automática) y Power (máxima potencia), además de una posición “B” en el cambio para dar prioridad a la regeneración de energía y mejorar la autonomía.

¿Funcionará la fórmula de Lynk & Co en España?

Hemos conocido el concepto, el modo de funcionamiento de la suscripción y el coche. Todo se gestiona de online a través de su página web, pero hay más, y en la línea de lo poco convencional. El próximo mes de abril la marca abrirá su primer “club” en Barcelona, “un lugar para visitar y trabajar, donde habrá eventos –al menos dos por semana– y se venderán productos sostenibles. No será exclusivo para los miembros de la comunidad Lynk & Co”, dice Alain Visser, que también anuncia la apertura de otro club en Madrid en junio o julio.

De momento la actividad de Lynk & Co ha sido exitosa en los siete países donde se ha implantado, y hay ya 60.000 miembros suscritos. La respuesta en España ha sorprendido a Visser: “Teníamos las lógicas dudas, pero solo con la actividad en la web y sin campaña publicitaria ya hay 7.000 miembros y 800 coches moviéndose por España, lo cual nos hace ser optimistas. Además, el 95% está eligiendo la opción de la suscripción, porque para minimizar el riesgo del negocio también damos la posibilidad de adquirir el coche en propiedad. En cualquier caso, con estos primeros resultados, podemos ser en España lo que queríamos ser”.

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