OnStar no es tan novedoso como Opel nos hace creer: ¡Cadillac lo estrenó en 1996 y sus orígenes datan de los años 60!

A estas alturas, nos es relativamente familiar el sistema OnStar . Es el asistente personal y de conectividad de Opel , y entre sus funciones se encuentran las de la respuesta automática en caso de colisión, la conexión a Internet mediante WiFi, la asistencia en caso de robo del vehículo, además de ayuda personal sobre itinerarios o puntos de interés cercanos y la posibilidad de controlar diversos parámetros del coche, como el nivel de combustible o aceite, desde una aplicación en el smartphone. Gracias a esta aplicación se puede saber incluso dónde aparcaste


A estas alturas, nos es relativamente familiar el sistema OnStar. Es el asistente personal y de conectividad de Opel, y entre sus funciones se encuentran las de la respuesta automática en caso de colisión, la conexión a Internet mediante WiFi, la asistencia en caso de robo del vehículo, además de ayuda personal sobre itinerarios o puntos de interés cercanos y la posibilidad de controlar diversos parámetros del coche, como el nivel de combustible o aceite, desde una aplicación en el smartphone.

Gracias a esta aplicación se puede saber incluso dónde aparcaste. Sin embargo, y aunque parece que es un sistema nuevo -innovador podría pensarse- el nombre OnStar lleva ya años en el mercado. Más aún: para llegar a sus orígenes hay que remontarse varias décadas atrás para dar con un invento entonces realmente innovador…

1995: nace OnStar, el primer sistema de comunicación por voz en un coche

OnStar se gestó en el año 1995; sin embargo, no fue hasta la edición de 1996 del Salón del Automóvil de Chicago cuando General Motors presentó de forma oficial su innovador servicio. El gigante de Detroit se unía a las compañías Electronic Data Systems y Hughes Electronics Corporation para dar a luz a OnStar Corporation. Hughes Electronics aportaba sus conocimientos en tecnología de comunicaciones por satélite y electrónica, mientras que EDS se ocupaba mayormente del desarrollo de sistemas, la gestión de la información y las tecnologías de servicio al cliente; General Motors por su parte se encargaría del diseño y la integración de OnStar en los vehículos.

A finales de ese mismo año, pero considerados ya como MY 1997, se incorporaba en los Cadillac DeVille, Seville y Eldorado el que se convertía en el primer sistema manos libres de comunicación de voz incorporado en un automóvil. OnStar utilizaba el sistema de posicionamiento global GPS y las telecomunicaciones por satélite para poner en contacto al conductor del vehículo con los teleoperadores de OnStar.

A finales de 1996, varios modelos Cadillac empezaron a equipar OnStar, que se convertía en el primer sistema manos libres de comunicación de voz incorporado en un automóvil

Algunos años más tarde, ya en 2001, OnStar amplió sus servicios. La entrada en el nuevo siglo trajo consigo un OnStar con la posibilidad de hacer llamadas personales con manos libres, además de poder acceder al correo electrónico, las noticias u otra información sin retirar la mirada de la carretera. Sin embargo, para descubrir los primeros vestigios de OnStar hay que remontarse mucho más atrás en el tiempo…

DAIR: el primer germen de OnStar nació en los años 60

Mucho antes de que las tecnologías de comunicación por satélite, o sin cables en general, fuesen comunes comercialmente, General Motors desarrolló un sistema que incorporó en dos prototipos pasado el primer lustro de los años sesenta. Lo llamó ‘Driver Aid, Information and Routing’, que se puede traducir al español como ‘ayuda, información y asistencia de ruta para el conductor’.

El sistema DAIR se basaba en tarjetas perforadas, las cuales almacenaban el algoritmo de una ruta a base de registrar los pasos de la misma uno a uno mediante la presencia o ausencia de agujeros en posiciones predeterminadas. Antes de emprender el viaje, quien se fuera a poner al volante sólo tenía que solicitar a una central la guía de ruta para su destino; acto seguido recibía la tarjeta perforada con la información de dicha ruta. Unos electroimanes enterrados bajo la calzada, programados para reconocer la intersección más cercana a la que se encontraban, enviarían una señal al coche que posteriormente la consola DAIR cotejaría con la información de la tarjeta perforada e indicaría al conductor mediante una señal luminosa si en la siguiente intersección o salida debía girar a la izquierda, a la derecha o continuar recto.

El sistema DAIR se basaba en tarjetas perforadas. Junto a electroimanes y repetidores de radio, transmitía la guía de ruta, información del estado del tráfico e incluso permitía pedir auxilio en caso de incidente

Pero el sistema DAIR iba aún más allá: mediante una serie de estaciones centrales de retransmisión por radio y repetidores, además de los sensores magnéticos enterrados ya mencionados, se comunicaba todo tipo de información, desde las rutas hasta las condiciones de las carreteras e informes de accidentes o puntos de interés cercanos. En caso de quedarte tirado en la carretera, con un dispositivo DAIR podías solicitar socorro a la policía, bomberos, una ambulancia o a una grúa; pero también podías solicitar ayuda para preguntar, por ejemplo, por el motel más cercano.

El vehículo emitía el mensaje a un repetidor y este, a su vez, enviaba la señal (esta vez por cable) a la central más cercana. La persona al otro lado de la línea, desde la central, respondía a la llamada del conductor ofreciéndole la ayuda que necesitara. Esto era posible gracias a que el coche equipaba una consola con un receptor capaz de comunicarse bidireccionalmente -incluso por voz mediante radiofrecuencia-, además de un codificador y una serie de circuitos lógicos que automatizaban la guía de una ruta determinada.

Mediante un panel en el salpicadero, DAIR alertaba de algunas señales de la carretera y de los límites de velocidad. ¡En los años sesenta!

Por otro lado, un panel en la parte alta del salpicadero indicaba las señales y los límites de velocidad. De aportar esta información se encargarían los imanes soterrados en series de tres. Si, por ejemplo, en una de esas series, dos imanes tenían orientación norte-sur y otro sur-norte, significaba que ahí había una señal de STOP. Había otras cinco codificaciones para enviar información relativa a señales de tráfico, mientras que las otras dos posibles opciones se dejaban para los mensajes de voz e información de rutas.

A pesar de los esfuerzos de los ingenieros de la época por ofrecer las mismas métricas a los conductores que hemos llegado a tener hoy en día, la infraestructura requerida para el funcionamiento del DAIR (estimaban que sería necesario un repetidor cada 5 u 8 kilómetros, dependiendo de la orografía del terreno) y la extensa revisión a la que se deberían haber sometido las carreteras de Estados Unidos, con el gasto que ello supondría, resultó en un proyecto inviable. La implementación de la tecnología DAIR nunca llegó a materializarse, quedando entonces en poco más que un proyecto experimental. Realmente fue el germen de lo que más tarde estaría por venir y conocemos a día de hoy: los sistemas de posicionamiento global (GPS), la comunicación inalámbrica y la asistencia personal a bordo del vehículo. No sólo eso: DAIR fue también el primer vestigio del reconocimiento de señales (aunque trabajase de forma muy distinta a los sistemas actuales).

Hoy en día, más de 50 años después del nacimiento de esta idea (quizá loca en su momento), en Estados Unidos hay más de cinco millones de conversaciones en tiempo real entre clientes y operadores de OnStar cada mes. Una cifra con la que seguro soñarían los visionarios que ingeniaron el sistema DAIR en los años sesenta.

Fuente: General Motors

En Diariomotor:

Opel OnStar, probamos el asistente personal de Opel: BMW ya no es la única con “mayordomo”
La puesta de largo de la nueva generación del Opel Astra implica la llegada, …

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2014 no ha sido un año bueno para General Motors. Probablemente haya sido su annus …

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Hace unos meses, en una keynote de Tesla Motors, Elon Musk nos hablaba del funcionamiento …

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OnStar no es tan novedoso como Opel nos hace creer: ¡Cadillac lo estrenó en 1996 y sus orígenes datan de los años 60!

A estas alturas, nos es relativamente familiar el sistema OnStar . Es el asistente personal y de conectividad de Opel , y entre sus funciones se encuentran las de la respuesta automática en caso de colisión, la conexión a Internet mediante WiFi, la asistencia en caso de robo del vehículo, además de ayuda personal sobre itinerarios o puntos de interés cercanos y la posibilidad de controlar diversos parámetros del coche, como el nivel de combustible o aceite, desde una aplicación en el smartphone. Gracias a esta aplicación se puede saber incluso dónde aparcaste


A estas alturas, nos es relativamente familiar el sistema OnStar. Es el asistente personal y de conectividad de Opel, y entre sus funciones se encuentran las de la respuesta automática en caso de colisión, la conexión a Internet mediante WiFi, la asistencia en caso de robo del vehículo, además de ayuda personal sobre itinerarios o puntos de interés cercanos y la posibilidad de controlar diversos parámetros del coche, como el nivel de combustible o aceite, desde una aplicación en el smartphone.

Gracias a esta aplicación se puede saber incluso dónde aparcaste. Sin embargo, y aunque parece que es un sistema nuevo -innovador podría pensarse- el nombre OnStar lleva ya años en el mercado. Más aún: para llegar a sus orígenes hay que remontarse varias décadas atrás para dar con un invento entonces realmente innovador…

1995: nace OnStar, el primer sistema de comunicación por voz en un coche

OnStar se gestó en el año 1995; sin embargo, no fue hasta la edición de 1996 del Salón del Automóvil de Chicago cuando General Motors presentó de forma oficial su innovador servicio. El gigante de Detroit se unía a las compañías Electronic Data Systems y Hughes Electronics Corporation para dar a luz a OnStar Corporation. Hughes Electronics aportaba sus conocimientos en tecnología de comunicaciones por satélite y electrónica, mientras que EDS se ocupaba mayormente del desarrollo de sistemas, la gestión de la información y las tecnologías de servicio al cliente; General Motors por su parte se encargaría del diseño y la integración de OnStar en los vehículos.

A finales de ese mismo año, pero considerados ya como MY 1997, se incorporaba en los Cadillac DeVille, Seville y Eldorado el que se convertía en el primer sistema manos libres de comunicación de voz incorporado en un automóvil. OnStar utilizaba el sistema de posicionamiento global GPS y las telecomunicaciones por satélite para poner en contacto al conductor del vehículo con los teleoperadores de OnStar.

A finales de 1996, varios modelos Cadillac empezaron a equipar OnStar, que se convertía en el primer sistema manos libres de comunicación de voz incorporado en un automóvil

Algunos años más tarde, ya en 2001, OnStar amplió sus servicios. La entrada en el nuevo siglo trajo consigo un OnStar con la posibilidad de hacer llamadas personales con manos libres, además de poder acceder al correo electrónico, las noticias u otra información sin retirar la mirada de la carretera. Sin embargo, para descubrir los primeros vestigios de OnStar hay que remontarse mucho más atrás en el tiempo…

DAIR: el primer germen de OnStar nació en los años 60

Mucho antes de que las tecnologías de comunicación por satélite, o sin cables en general, fuesen comunes comercialmente, General Motors desarrolló un sistema que incorporó en dos prototipos pasado el primer lustro de los años sesenta. Lo llamó ‘Driver Aid, Information and Routing’, que se puede traducir al español como ‘ayuda, información y asistencia de ruta para el conductor’.

El sistema DAIR se basaba en tarjetas perforadas, las cuales almacenaban el algoritmo de una ruta a base de registrar los pasos de la misma uno a uno mediante la presencia o ausencia de agujeros en posiciones predeterminadas. Antes de emprender el viaje, quien se fuera a poner al volante sólo tenía que solicitar a una central la guía de ruta para su destino; acto seguido recibía la tarjeta perforada con la información de dicha ruta. Unos electroimanes enterrados bajo la calzada, programados para reconocer la intersección más cercana a la que se encontraban, enviarían una señal al coche que posteriormente la consola DAIR cotejaría con la información de la tarjeta perforada e indicaría al conductor mediante una señal luminosa si en la siguiente intersección o salida debía girar a la izquierda, a la derecha o continuar recto.

El sistema DAIR se basaba en tarjetas perforadas. Junto a electroimanes y repetidores de radio, transmitía la guía de ruta, información del estado del tráfico e incluso permitía pedir auxilio en caso de incidente

Pero el sistema DAIR iba aún más allá: mediante una serie de estaciones centrales de retransmisión por radio y repetidores, además de los sensores magnéticos enterrados ya mencionados, se comunicaba todo tipo de información, desde las rutas hasta las condiciones de las carreteras e informes de accidentes o puntos de interés cercanos. En caso de quedarte tirado en la carretera, con un dispositivo DAIR podías solicitar socorro a la policía, bomberos, una ambulancia o a una grúa; pero también podías solicitar ayuda para preguntar, por ejemplo, por el motel más cercano.

El vehículo emitía el mensaje a un repetidor y este, a su vez, enviaba la señal (esta vez por cable) a la central más cercana. La persona al otro lado de la línea, desde la central, respondía a la llamada del conductor ofreciéndole la ayuda que necesitara. Esto era posible gracias a que el coche equipaba una consola con un receptor capaz de comunicarse bidireccionalmente -incluso por voz mediante radiofrecuencia-, además de un codificador y una serie de circuitos lógicos que automatizaban la guía de una ruta determinada.

Mediante un panel en el salpicadero, DAIR alertaba de algunas señales de la carretera y de los límites de velocidad. ¡En los años sesenta!

Por otro lado, un panel en la parte alta del salpicadero indicaba las señales y los límites de velocidad. De aportar esta información se encargarían los imanes soterrados en series de tres. Si, por ejemplo, en una de esas series, dos imanes tenían orientación norte-sur y otro sur-norte, significaba que ahí había una señal de STOP. Había otras cinco codificaciones para enviar información relativa a señales de tráfico, mientras que las otras dos posibles opciones se dejaban para los mensajes de voz e información de rutas.

A pesar de los esfuerzos de los ingenieros de la época por ofrecer las mismas métricas a los conductores que hemos llegado a tener hoy en día, la infraestructura requerida para el funcionamiento del DAIR (estimaban que sería necesario un repetidor cada 5 u 8 kilómetros, dependiendo de la orografía del terreno) y la extensa revisión a la que se deberían haber sometido las carreteras de Estados Unidos, con el gasto que ello supondría, resultó en un proyecto inviable. La implementación de la tecnología DAIR nunca llegó a materializarse, quedando entonces en poco más que un proyecto experimental. Realmente fue el germen de lo que más tarde estaría por venir y conocemos a día de hoy: los sistemas de posicionamiento global (GPS), la comunicación inalámbrica y la asistencia personal a bordo del vehículo. No sólo eso: DAIR fue también el primer vestigio del reconocimiento de señales (aunque trabajase de forma muy distinta a los sistemas actuales).

Hoy en día, más de 50 años después del nacimiento de esta idea (quizá loca en su momento), en Estados Unidos hay más de cinco millones de conversaciones en tiempo real entre clientes y operadores de OnStar cada mes. Una cifra con la que seguro soñarían los visionarios que ingeniaron el sistema DAIR en los años sesenta.

Fuente: General Motors

En Diariomotor:

Opel OnStar, probamos el asistente personal de Opel: BMW ya no es la única con “mayordomo”
La puesta de largo de la nueva generación del Opel Astra implica la llegada, …

General Motors predice averías en tu coche mucho antes de que se conviertan en un problema

2014 no ha sido un año bueno para General Motors. Probablemente haya sido su annus …

General Motors quiere que tu coche mejore mientras duermes. Nota: Tesla ya lo ha hecho…
Hace unos meses, en una keynote de Tesla Motors, Elon Musk nos hablaba del funcionamiento …

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La prueba más dura para el Alfa Romeo Quadrifoglio: enfrentarse a las berlinas deportivas de Mercedes, Cadillac y BMW

El Alfa Romeo Giulia es la berlina del momento, especialmente en su espectacular versión Quadrifoglio . Equipada con un motor 2.9 V6 Biturbo con 510 CV de potencia , es rival directo de los BMW M3 Competition Package, Cadillac ATS-V y Mercedes-AMG C 63 S


El Alfa Romeo Giulia es la berlina del momento, especialmente en su espectacular versión Quadrifoglio. Equipada con un motor 2.9 V6 Biturbo con 510 CV de potencia, es rival directo de los BMW M3 Competition Package, Cadillac ATS-V y Mercedes-AMG C 63 S. Contra todos ellos, Motor Trend ha enfrentado al Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio en su último episodio de Head 2 Head. Este episodio incluye una dura batalla en circuito entre el italiano y el ganador de una serie de pruebas subjetivas y objetivas entre sus tres rivales más cercanos. ¿Es en verdad el Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio la mejor berlina deportiva del momento?

La última berlina de propulsión fabricada por Alfa Romeo fue el Alfa Romeo 75, lanzado hace ya más de 30 años.

La comparativa comienza con un proceso de eliminación entre los tres rivales del Giulia. El proceso de eliminación tiene en cuenta el tiempo de vuelta en “Small Willow” – la versión corta de Willow Springs, en California – así como la impresión subjetiva de los probadores. A pesar de que el equipo de Motor Trend considera que el Cadillac tiene el mejor chasis de los tres, se queda a décimas del mejorado BMW M3 Competition Package, más ligero y con 450 CV de potencia. El peso del Mercedes-AMG C 63 S y una orientación más clara al lujo le penalizan, siendo relegado al último puesto, por detrás del Cadillac, también eliminado.

Tras sumar puntos, la batalla final tiene lugar entre el BMW M3 y el Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio. ¿Qué diferencias existen entre ambos coches? Aunque el BMW M3 tiene 60 CV menos que el Alfa Romeo y su par motor es de 550 Nm a 1.850 rpm – frente a los 600 Nm a 2.500 rpm – es más ligero en orden de marcha: pesa 1.653 kg frente a los 1.700 kilos del italiano. Ambos coches están equipados con cajas automáticas, una caja DCT de doble embrague y 7 relaciones en el caso del alemán y una caja automática de convertidor de par y 8 relaciones en el caso del italiano. Ambas están consideradas de lo mejor en el mercado actualmente.

El paquete Competition Package del BMW M3 introduce una serie de importantes mejoras en la berlina alemana, como una suspensión revisada, un tren de rodaje mejorado y una diferente entrega de la potencia, fruto de modificaciones en su ECU. Los probadores se alegran de que su pedal derecho deje de ser un botón “On-Off”, con una potencia más dosificable, y al mismo tiempo aún más contudente. Por su parte, el Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio, a pesar de algunos fallos de acabado y otros detalles “muy italianos” tiene una puesta a punto sensacional, un motor increíblemente elástico y un equilibrio general superior al del bávaro.

La prueba final es una vuelta rápida a Small Willow – con el piloto profesional Randy Pobst como piloto – de la que el Alfa Romeo sale vencedor, si bien por un margen muy estrecho: sólamente 4 décimas de segundo. Ambos coches han estado virtualmente empatados durante toda la vuelta, aunque en ocasiones el BMW ha tenido algún problema para transmitir su potencia al suelo. Motor Trend declara ganador absoluto al Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio, capaz de cumplir a todos los niveles y en todas las facetas exigidas a una berlina deportiva.

 

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General Motors multada en China por fijación de precios

El sector del automóvil es tan grande que muchas veces se vuelve complicado y en según que casos hasta difícil de entender. Los grandes fabricantes de coches están presentes en los mercados más importantes del mundo y la lucha que en ellos se libra por ser los más vendidos es muy fuerte.

General Motors

El sector del automóvil es tan grande que muchas veces se vuelve complicado y en según que casos hasta difícil de entender. Los grandes fabricantes de coches están presentes en los mercados más importantes del mundo y la lucha que en ellos se libra por ser los más vendidos es muy fuerte. Llegar a las primeras posiciones de los rankings de ventas es muy complicado y para no fallar muchas veces se cometen imprudencias que pueden salir más caras de lo inicialmente previsto.

General Motors es uno de los fabricantes de coches más grandes del mundo y está en mercados tan importantes como China. Precisamente este país es uno de los que mayores vehículos consume de las varias marcas que vende el conglomerado americano. Sin embargo, General Motors junto a su socio local SAIC parece que han realizado alguna que otra maniobra para pactar el precios de sus coches.

 

General Motors

Como todos sabemos la fijación de precios es incurrir en competencia desleal y por ello la joint venture que ambas firmas crearon para operar en el país será multada. La cantidad que tendrán que satisfacer por haber incurrido en esta conducta se ha establecido en los 201 millones de yuanes o lo que es lo mismo unos 29 millones de dólares al cambio.

Según el organismo que regula los precios en Shanghai tanto General Motors como SAIC acordaron establecer precios mínimos para los modelos de Cadillac, Buick y algunos de la marca Chevrolet. Por esta situación, la posición competitiva de ambas firmas se vio alterada en el mercado haciendo que los consumidores se vieran obligados a pagar un precio más alto del que les hubiera correspondido de no haber modificado los precios.

Con todo, tanto General Motors como SAIC han informado que respetan profundamente las leyes y reglamentos del país y que colaborarán para esclarecer esta situación.

 

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