Nos dejó hace poco, pero se ha convertido en un futuro clásico con etiqueta C, divertido y práctico, por menos de…

El 10 de noviembre de 2023 salió de la cadena de montaje el último Audi TT, un coupé compacto del que se han fabricado 662.762 ejemplares a lo largo de 26 años y tres generaciones de producto. Este icono, tanto para la marca de los cuatro aros como para todo el Grupo Volkswagen, ya no puede adquirirse nuevo salvo alguna extraña unidad que haya en stock

El 10 de noviembre de 2023 salió de la cadena de montaje el último Audi TT, un coupé compacto del que se han fabricado 662.762 ejemplares a lo largo de 26 años y tres generaciones de producto. Este icono, tanto para la marca de los cuatro aros como para todo el Grupo Volkswagen, ya no puede adquirirse nuevo salvo alguna extraña unidad que haya en stock. Sin embargo, el penúltimo modelo, construido entre 2006 y 2014 (conocido como 8J), es una muy buena opción de compra de segunda mano.

Audi TT de 2ª generación: un deportivo para el día a día con el distintivo C de la DGT

El primer Audi TT (siglas de “Tourist Trophy” en honor a la carrera de motos que se disputa en la Isla de Man) se lanzó en 1998 y, desde entonces, fue ensamblado en Hungría. Su propósito era ser un deportivo, con carrocería cerrada o descapotable, que pudiese usarse a diario con base en un coste de manteamiento normal. En esencia, era un Volkswagen Golf MK4 con otra carrocería, pero con un tren motriz y un esquema de suspensión idénticos. Sí variaba, de forma evidente, la puesta a punto del chasis o el puesto de conducción, notablemente más bajo.

La segunda generación de este coche, más ligera, llegó en 2006, igualmente como coupé y cabriolé de 2 puertas y 4 plazas (siendo las traseras casi impracticables), creado sobre la nueva plataforma de Volkswagen para automóviles compactos. De hecho, este sólo medía 4,18 metros de longitud. También contaba con motores, transmisiones y tipos de tracción conocidos en otros vehículos y firmas de la multinacional alemana.

Los propulsores, en su mayoría de gasolina (sólo hubo un diésel 2.0 TDI durante un tiempo), tenían entre 160 y 340 CV de potencia máxima, pero los más racionales obtenían consumos reales de entre 7,5 y 8,5 l/100 km con independencia de si la caja de cambios era manual o automática (ambas con 6 relaciones) o de si la tracción era delantera o total (quattro). Además, todos reciben hoy la etiqueta C de la DGT. Esto, en combinación de una alta carga tecnológica para la época, un diseño de Walter de Silva y un maletero con 290 litros, hace del TT 8J un producto atractivo y bastante práctico.

Compra un futuro clásico por menos de 15.000 €

A pesar del aumento generalizado de los precios en el mercado de los coches usados, 2024 es un buen momento para adquirir un 8J con entre 10 y 18 años de antigüedad, pues es un automóvil de aspecto moderno, con una generosa (y relativamente poco obsoleta) dotación de equipamiento y que, sin embargo, no cuesta mucho dinero para el modelo que es. Si buscas unidades en buen estado y no más de 120.000 km, la mayoría de 1.8 TFSI (160 CV) cuestan menos de 15.000 euros, pero si tu presupuesto es mayor, es posible encontrar 2.0 TFSI (200 CV) por 18.000 y 3.2 VR6 (250 CV) por unos 20.000. ¿Acaso hay algo mejor por ese dinero?

Si bien existe un gran número de ejemplares, se trata de un producto pasional, de culto, que difícilmente perderá valor, aunque también es complicado que lo gane, dada su popularidad. Además, dentro de aproximadamente una década, podrá considerarse un clásico que, sin haber marcado un hito importante en la industria, fue un modelo significativo para Audi, compañía que lo desarrolló con mimo para que demostrase diversión al volante, belleza y gran fiabilidad.

Salvo clamorosas excepciones, no se podrá especular con él, pero a cambio difícilmente perderá valor. 2024 es un buen momento para adquirir uno.

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Mercedes-AMG SL 63 S E Performance: un descapotable híbrido enchufable con 816 CV

Mercedes-AMG corona la serie SL con el nuevo SL 63 S E Performance. Su motor V8 biturbo y la unidad de propulsión eléctrica AMG producen conjuntamente la…

Mercedes-AMG corona la serie SL con el nuevo SL 63 S E Performance. Su motor V8 biturbo y la unidad de propulsión eléctrica AMG producen conjuntamente la…

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El fascinante Goldfisch, el V16 de BMW de la Nochebuena de 1987, casi nadie lo conoce y era demasiado bestia para ser…

Emocionante a la par que absurdo.

Emocionante a la par que absurdo. Tan impresionante como innecesario. Así era el proyecto en que se embarcó BMW a finales de los años ochenta para poner en marcha una de las berlinas deportivas más espectaculares jamás vistas, cuyo corazón sería un motor V16. Has leído bien. Un motor de dieciséis cilindros en uve, que ni tan siquiera podía alojarse, con naturalidad, en el BMW Serie 7 E32 para el que fue diseñado, para crear un Serie “767 iL” del que ya os hemos hablado en alguna ocasión.

El V16 de BMW que casi nadie conoce

Sería en la Nochebuena de 1987, hace ahora exactamente 36 años, el momento en que Adolf Fischer accionó por primera vez este motor de dieciséis cilindros sobre un banco de pruebas. Fischer era ingeniero y motorista de BMW. Por aquel entonces, se había erigido en líder, y único miembro, de un departamento apócrifo, aunque de facto, al que la marca delegaba algunos de sus proyectos más descabellados.

Fischer cumplía así su promesa. Cuando su jefe Dr. Karlheinz Lange le pidió, en julio de ese mismo año, llevar a cabo este proyecto prometió que encontraría “el motor bajo su árbol de Navidad”. Y así fue, el motor estaría listo en menos de seis meses. Lo que hoy ya podemos adelantaros es que este abeto tenía que ser realmente grande para alojar bajo sus ramas este motor, que requirió transformaciones muy radicales para que el E32 que lo montó fuera mínimamente funcional.

BMW propuso una idea muy radical, crear un motor V16 e instalarlo en su berlina de lujo, lo que requirió transformaciones significativas para hacer sitio para este motor bajo el capó del E32

El Siete Secreto, un E32 con 16 cilindros

Durante mucho tiempo se creyó que era un mito, o una simple ocurrencia que nunca llegó a materializarse, pero el Siete Secreto existió y, por su característico acabado de pintura exterior, se conocería como Goldfisch, en alemán literalmente pez dorado, que es como también se refieren en otros idiomas, incluido al inglés, al hablar de los peces de colores.

El Siete Secreto aún existe. Y es un Serie 7 de segunda generación y batalla larga que no solo diferenciarás por su acabado exterior, sino también por unas enormes branquias que sobresalen de sus aletas traseras.

Cuando Fischer, responsable del motor, y Hanns-Peter Weisbarth, responsable del proyecto, alojaron el motor de dieciséis cilindros en el E32 descubrieron, seguro que como ya habrían imaginado antemano, que el bloque que habían diseñado ocupaba todo el espacio disponible bajo el capó. Y que no dispondrían ni tan siquiera de espacio para instalar un radiador al uso. De manera que decidieron trasladarlo al maletero.

El enorme motor V16 ocupaba todo el espacio disponible en el vano del motor, lo que requirió trasladar el radiador al maletero

Adolf Fischer posando junto al BMW Serie 7 y su motor V16

Dos motores V12 para hacer un V16

Pero regresemos a la historia de este motor. ¿Cómo diseñarías un motor de dieciséis cilindros desde cero? ¿Uniendo dos motores de ocho cilindros en línea formando un ángulo? ¿Dos motores de ocho cilindros en uve, uno a continuación del otro? Fischer optó por utilizar dos motores M70 V12, como los que ya se utilizaban en este BMW Serie 7.

Se dice que BMW decidió al final del desarrollo del E32 ensanchar un poco más este sedán de lujo, para mejorar su aplomo, pero sobre todo para hacer sitio a un motor de doce cilindros con el que esperaban ganarle la partida a Mercedes-Benz. Y así lo hicieron. Lo que en aquel momento aún no habían imaginado es que por los talleres de BMW fuera a rodar alguna vez un Serie 7 con un motor V16.

Fischer uniría un V12 cortado, con cuatro cilindros, con un V12, para conformar este nuevo V16, que era 30 centímetros más largo que el V12 original. Lo que ya nos puede llevar a entender por qué no podía alojarse naturalmente en el vano.

El motor V16 que creó BMW partía de dos motores V12

Un motor potente y muy sonoro

De los 4.988 centímetros cúbicos del V12 se pasaría a 6.651 centímetros cúbicos. La potencia aumentaría de los 300 CV a 5.200 rpm a 408 CV a 5.200 rpm. Y el par máximo de 450 Nm a 4.100 rpm a 625 Nm a 3.900 rpm. Su masa aumentaría también en 60 kilogramos. Este BMW Serie 7 tenía que cargar a cuestas con un motor de 310 kilogramos.

Como transmisión, BMW escogió un cambio manual de seis relaciones, en lugar de una caja de cambios automática ZF de cuatro. No había razones especiales para combinar este motor con un cambio manual, más allá de ser la caja de que disponían en aquel momento, y agilizaba todo el proceso, y que permitiría a Fischer explorar mejor las características de este motor.

Fischer confesaría años más tarde, tal y como publicó BMW Car en 2009, que tuvo ocasión de probar este Serie 7 V16 en el circuito austriaco de Norisring, donde lo que más le impresionaría sería su sonido a partir de 4.500 rpm. Sobre todo en una primera iteración de su desarrollo en la que aún no disponía de un escape completo.

Como no había sitio para el radiador bajo el capó, optaron por trasladarlo al maletero, e instalar dos características branquias en las aletas traseras

Detalle de las branquias traseras de los radiadores

Por sus branquias lo reconocerás

Tan impresionante como el motor de dieciséis cilindros, el trabajo que hubo de realizarse sobre el E32 para alojarlo bajo el capó y que fuera funcional. Ya os contábamos cómo BMW no tuvo más remedio que trasladar el radiador del frontal, donde no había sitio para él por sus 30 centímetros de longitud extra sobre el V12, al maletero, empleando dos radiadores más pequeños que tomaban aire fresco por dos enormes branquias de fibra de vidrio que sobresalían de las aletas traseras.

Esta modificación requería decir adiós al maletero. También emplear unos pilotos traseros más pequeños que no disponían ni de iluminación antiniebla, ni tampoco de marcha atrás. También se instalaría una rejilla, de lado a lado, por la cual aliviarían el aire caliente los electroventiladores.

Para montar el motor V16 en este coche hubo de prescindirse de maletero

Sus consumos tan altos como sus prestaciones

Las cifras de este BMW Serie 7, como ya te habrás podido imaginar, eran espectaculares para la época. Aceleraba de 0 a 100 km/h en 6,0 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 281 km/h, mucho más de los 250 km/h a los que hubiera sido limitado de haber llegado a producirse.

Pero sus consumos se dicen que eran infernales. En ciudad podía consumir 16,8 litros/100 kilómetros, consumos similares a los que haría a velocidad de crucero de Autobahn a 190 km/h, donde estos consumos podrían elevarse hasta 20 litros/100 kilómetros. A cruceros más moderados, a 120 km/h, podía consumir unos 11,8 litros/100 kilómetros.

Fischer y Weisbarth reconocerían mucho tiempo después que aquel V16 estaba listo para producirse y comercializarse. Y que en algún momento BMW consideró hacerlo. Algunas fuentes (Auto Motor Und Sport) apuntan una teoría que a mí no llega a convencerme del todo, que BMW habría descartado producirlo para evitar una escalada “armamentística” con Mercedes-Benz. Lo único que sabemos es que, por desgracia, la decisión final de producirlo jamás llegaría a tomarse. Y el BMW Serie 7 E32 V16 quedaría como un prototipo que BMW aún sigue conservando, eso sí, en su colección de clásicos.

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50 años del asesinato de Carrero Blanco: así era el Dodge que ETA hizo volar más de 30 metros en su atentado contra…

Se cumplen 50 años desde que se produjo la famosa ‘Operación Ogro’, un atentado del grupo terrorista ETA que terminó con el coche del entonces presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco, por los aires. Aquel coche en cuestión era un Dodge 3700 GT, un modelo con una carrocería de 5 metros de longitud y un motor de 6 cilindros y 3,7 litros que rozaba los 170 CV.

Se cumplen 50 años desde que se produjo la famosa ‘Operación Ogro’, un atentado del grupo terrorista ETA que terminó con el coche del entonces presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco, por los aires. Aquel coche en cuestión era un Dodge 3700 GT, un modelo con una carrocería de 5 metros de longitud y un motor de 6 cilindros y 3,7 litros que rozaba los 170 CV. Por aquel entonces (años 70), el Dodge 3700 GT era el coche que prestaba servicio a los políticos de más alto rango en España.

El 3700 GT había salido de la fábrica que tenía Chrysler en Villaverde (Madrid) en aquella época, perteneciente al grupo PSA; mismo lugar donde actualmente se fabrica el Citroën C4, por ejemplo.

20 de diciembre de 1973, Madrid

Pero volviendo a la historia y a aquel Dodge 3700 GT; esta comienza llevándonos al 20 de diciembre de 1973, justo frente al número 104 de la madrileña calle de Claudio Coello. Fue allí donde Carrero Blanco acabaría perdiendo la vida tras sufrir un atentado dentro de su automóvil oficial, junto a su chófer; José Luis Pérez Mogena, y al inspector de policía José Antonio Bueno Fernández, que viajaba en el asiento del copiloto.

Su Dodge 3700 GT de color negro, con matrícula PMM-16416, terminó como un amasijo de hierros retorcidos y, sus ocupantes, muertos. Sin embargo, lo curioso de todo es que, a pesar de que el Dodge no estaba blindado, su chasis soportó con bastante entereza el efecto de la enorme explosión provocada por nada menos que 50 kilos de dinamita que habían sido colocados bajo el asfalto.

Ahora bien, el efecto derivado de la explosión fue que, los 1.400 kilos que pesaba el coche, ascendieran en paralelo a la fachada trasera de la iglesia de San Francisco de Borja, a una altura aproximada de unos 30 metros, para, después de romper la cornisa superior y tras rodar por el tejado, ir a caer 10 metros más abajo, en una galería del inmueble.

La historia del coche tras la explosión

Tras este terrible atentado que pasó a la historia negra española, los restos del coche fueron llevados al Parque Móvil de los Ministerios Civiles. Allí permaneció hasta el 8 de agosto de 1979, fecha en que fue cedido por la Dirección General del Patrimonio del Estado al Museo del Ejército. Allí permaneció expuesto en la planta de Artillería, pero durante la primera mitad de 1987 fue retirado del museo. A partir de esta fecha, el vehículo comienza un periodo en el que poco o nada se supo de él, al menos hasta hace unos años. Y es que, gracias a la documentación aportada por los Ministerios de Defensa, de Hacienda y el Parque Móvil del Estado; se ha podido conocer que el 12 de julio de 1987, el Dodge 3700 GT fue transportado a la Academia de Infantería de Toledo (muy cerca del Alcázar) y que el 11 de diciembre fue almacenado en la Sección Delegada del Museo del Ejército.

Tras década y media en Toledo, el 26 de diciembre de 2002, el Dodge regresa nuevamente a Madrid, dentro del traslado general de todos los fondos, pues estaba a punto de comenzar la rehabilitación del Alcázar. Tras dicha rehabilitación, y tiempo después, la mayor parte de esos fondos regresan a Toledo, pero entre estos no se encuentra el famoso Dodge. Tras varios años, el vehículo termina llevándose al Parque y Centro de Mantenimiento de Vehículos de Rueda de Torrejón de Ardoz, lugar donde se encuentra el Museo del Automóvil del Ejército.

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