Probamos el renovado Volkswagen Polo, el ‘mini Golf’ que quiere reinar entre los utilitarios

Ser el “hermano de”, y no hablamos de política, puede pesar como una losa o hacerte mejor. Esto último es, precisamente, lo que le ha pasado al Polo de Volkswagen, un utilitario que, con el paso de los años, ha ido creciendo en todos los sentidos para ser un vehículo más completo y polivalente, acercándose mucho a la posición privilegiada del Golf, la gran referencia del mercado entre los compactos

Ser el “hermano de”, y no hablamos de política, puede pesar como una losa o hacerte mejor. Esto último es, precisamente, lo que le ha pasado al Polo de Volkswagen, un utilitario que, con el paso de los años, ha ido creciendo en todos los sentidos para ser un vehículo más completo y polivalente, acercándose mucho a la posición privilegiada del Golf, la gran referencia del mercado entre los compactos.

La última actualización del Polo se comercializa en España desde verano del año pasado y se produce en la “pequeña” pero avanzadísima planta que posee Volkswagen en Landaben, Navarra.

La estética, como se puede ver en las imágenes que ilustran este artículo, se acerca bastante a la de su “hermano mayor”. Siempre con carrocería de cinco puertas, el conjunto supera ligeramente los cuatro metros de longitud, es decir, que es similar a un Golf de tercera generación. Sirva el dato para tener una referencia de cuál es la escala de los utilitarios de hoy, razón que justifica también que el nuevo Polo mantenga las dimensiones del anterior en esta puesta al día.

A imagen y semejanza

En cualquier caso, estamos ante un coche sobrio y sin estridencias, incluso la versión deportiva R-Line, que se diferencia exteriormente por unas más generosas tomas de aire delanteras, por las llantas específicas de 16 pulgadas, cristales traseros oscurecidos, el logotipo R-Line y las salidas de escape cromadas detrás.

El interior mantiene el toque elegante del exterior, con un diseño limpio, buenos acabados y una vistosa tapicería. Prácticamente todo está digitalizado en esta variante R-Line, merced a la pantalla de 10,25 pulgadas del cuadro de instrumentos (Digital Cockpit Pro) y a la central táctil de 9,2”. Los únicos mandos “físicos” son los del sistema de climatización, pero son capacitivos y no por pulsador, lo que en ocasiones hace dudar si hemos tocado correctamente en el lugar indicado, sobre todo mientras se conduce.

En cuanto a los sistemas de información y entretenimiento, el cuadro de mandos se maneja con facilidad desde los mandos del volante, mientras que el central es muy intuitivo y fluido en su funcionamiento. En la consola central, junto a la palanca de cambio, se ubica el botón de arranque y el selector de los modos de conducción.

El habitáculo es amplio en relación al tamaño del conjunto, con suficiente espacio para las piernas detrás incluso para personas altas, y el maletero cuenta con un volumen de 351 litros que lo coloca entre los más grandes de su segmento.

Una buena base

Aunque se ampliará próximamente, la actual gama del Polo contempla únicamente mecánicas TSI gasolina de tres cilindros, con un litro de cubicaje y dos niveles de potencia: 95 y 110 caballos. Nosotros hemos probado la primera de ellas, y lo cierto es que nos ha parecido suficiente para cualquier tipo de uso. Es un propulsor con un rendimiento equilibrado, con el que se rueda fácilmente a buen ritmo, aunque tenemos que moverlo a regímenes medios y altos si queremos su respuesta más viva.

Nuestra unidad disponía del probado y práctico cambio automático DSG de 7 velocidades, que está configurado principalmente para favorecer un menor consumo y no tanto las prestaciones. No obstante, si se quiere sacar jugo a la mecánica, el cambio se puede gestionar manualmente mediante las levas en el volante o elegir el modo Sport y la posición “S” en la palanca.

Los restantes modos de conducción son Eco, Normal y el configurable Individual, de forma que siempre hay opciones para cualesquiera que sean nuestras preferencias al volante.

En cuanto a comportamiento, la plataforma MQB estrenada en 2017 sigue manteniendo el buen nivel dinámico de su predecesor, y desde luego está preparada para niveles más altos de potencia y prestaciones.

Consumo reducido

Además, el tamaño contenido de este Polo lo sigue posicionando como un buen vehículo urbano, aunque en este sentido se echa de menos algún tipo de electrificación, no tanto por el consumo, que ya de por sí es bajo, sino para pasar de la etiqueta C que tiene este modelo a una Eco.

En el apartado de consumo precisamente, este modelo con cambio DSG ha homologado 5,6 litros de gasto medio a los 100 km, y nosotros hemos obtenido durante nuestra prueba, a ritmos mayoritariamente relajados, 6,1, lo que es también muy buena cifra.

En relación al precio, hay que tener en cuenta algunos factores importantes: el Polo R-Line de 95 CV con cambio manual de 5 velocidades cuesta 21.420 euros con descuentos y financiación, entre otras cosas porque emite 119 gr/km de CO2 y, aunque por poco, queda por debajo del límite (120 gr/km) y está exento del impuesto de matriculación. Pero con el siempre aconsejable cambio DSG, como la versión probada, la cuantía se eleva hasta los 24.115 euros, de los que 950 son del citado impuesto, porque en este caso emite 126 gr/km.

A cambio, eso sí, disponemos de un coche de calidad y fiablilidad Volkswagen, lo que ya de por sí convence a mucho público, con un interesante equipamiento de serie que contempla, además la decoración R-Line anteriormente mencionada, luces LED, climatizador, iluminación ambiental interior, conexión inalámbrica con dispositivos móviles, control de crucero adaptativo, detector de fatiga o asistente de frenada de emergencia, entre otros elementos.

FICHA TÉCNICA

Motor: gasolina.

Potencia (kW/CV): 70/95.

Cambio: automático, 7 velocidades.

Largo (mm): 4.074.

Ancho (mm): 1.751.

Alto (mm): 1.451.

Maletero (litros): 351.

Velocidad máxima (km/h): 187.

De 0 a 100 km/h (seg.): 11,3.

Consumo medio (l/100 km): 5,6.

Emisiones CO2 (gr/km): 127.

Precio (euros): 24.115 euros.

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Tomamos contacto con el nuevo Taigo, el crossover que promete muchas alegrías a Volkswagen

Hace año y medio Volkswagen presentó el Nivus, un pequeño crossover que estaba destinado al mercado latinoamericano, pero ya se anunciaba que llegaría a Europa. Y así ha sido, aunque para el Viejo Continente se ha mejorado mucho –los estándares de calidad son diferentes– y se ha dado a conocer como Taigo, un modelo con el que la marca alemana quiere dar otro “mordisco” a un segmento en el que ya destaca con los actuales T-Cross y T-Roc. El Taigo se ha desarrollado a partir de la conocida plataforma MQB-A0, la misma del Volkswagen Polo y el T-Cross, modelo este último con el que tiene un claro “parentesco”.

Hace año y medio Volkswagen presentó el Nivus, un pequeño crossover que estaba destinado al mercado latinoamericano, pero ya se anunciaba que llegaría a Europa. Y así ha sido, aunque para el Viejo Continente se ha mejorado mucho –los estándares de calidad son diferentes– y se ha dado a conocer como Taigo, un modelo con el que la marca alemana quiere dar otro “mordisco” a un segmento en el que ya destaca con los actuales T-Cross y T-Roc.

El Taigo se ha desarrollado a partir de la conocida plataforma MQB-A0, la misma del Volkswagen Polo y el T-Cross, modelo este último con el que tiene un claro “parentesco”. Esto es así por su naturaleza de SUV, en este caso deportivo, pero se diferencia de aquel, principalmente, por la mayor inclinación del techo en la parte trasera, al estilo de un coupé.

Su lado bueno

El perfil, obviamente, es lo que más llama la atención de un coche que llega hasta los 4,26 metros de largo frente a los 4,11 del T-Cross, y es 7 cm más bajo que este, lo que “afila” su figura para darle este talante que últimamente está teniendo tanto éxito, ya que los propietarios de un SUV no quieren renunciar a la deportividad.

Junto a ello, el Taigo presenta un frontal fuerte, con vistosos faros, y, en el caso del acabado R-Line, una línea iluminada por LED que va de lado a lado (como el Polo o los modelos eléctricos ID). Para redondear el conjunto, la trasera es compacta y atrayente, de nuevo con los grupos ópticos uniendo los costados mediante una franja iluminada. También destacan los prominentes paragolpes y las protecciones inferiores de los bajos, firma inequívoca de los coches tipo SUV.

Por dentro, aunque no es un coche demasiado grande, el espacio es generoso, y en las plazas traseras, a pesar de la “caída” del techo, hay bastante distancia entre la cabeza y el techo, acogiendo con comodidad a personas incluso de 1,90 metros de altura.

En cuanto al volumen del maletero, los 440 litros de capacidad total –1.222 con los asientos abatidos– lo posicionan como uno de los más grandes del segmento, y solo tiene 15 menos que un T-Cross con la banqueta totalmente desplazada hacia adelante. En cuanto al diseño y los acabados, estamos ante un Volkswagen, y eso es siempre sinónimo de calidad, incluso en la versión de acceso.

El puesto de conducción, elevado, permite una gran visibilidad, y las pantallas digitales para el cuadro de instrumentos y sistema multimedia resuelven sobradamente la cuestión de conectividad e infoentretenimiento.

Tres motores de gasolina

La gama mecánica en el lanzamiento es bastante sencilla, ya que todas las opciones son de gasolina y sin ningún tipo de electrificación, coincidentes con las del T-Cross. El motor de acceso es un tres cilindros TSI de un litro y 95 caballos que se ofrece exclusivamente con cambio manual de cinco velocidades, para seguir con otro tres cilindros, en este caso con 110 CV, que se puede elegir con transmisión manual o DSG automática de siete velocidades. En lo alto de la gama ya hablamos de un cuatro cilindros de 1,5 litros TSI que llega a unos considerables 150 caballos y que solo se puede asociar con el cambio DSG.

Durante la presentación hemos tenido oportunidad de probar durante unos kilómetros las versiones menos potentes. Nos ha sorprendido el rendimiento de la mecánica de 95 CV, que es suficiente para mover con soltura el conjunto, aunque también es cierto que conducíamos en solitario y sin equipaje. El motor de 110 caballos, presumiblemente el más demandado, ya aporta un empuje más apreciable y nos parece la opción más equilibrada.

En cuanto al comportamiento, hablamos de un coche confortable, y en las carreteras de montaña navarras donde lo hemos conducido, con unas condiciones delicadas por la meteorología, nos ha transmitido mucha seguridad y control en todo momento.

Buen equipamiento

La gama se estructura en dos acabados. La de acceso se denomina Life y se combina con los motores de 95 y 110 caballos, mientras que el más completo y deportivo R-Line se puede asociar con las mecánicas de 110 y 150 CV.

Cabe reseñar que el equipamiento de serie del Taigo Life ya cuenta con una dotación interesante, pues incluye llantas de 16 pulgadas, faros LED, Digital Cockpit de 8”, sistema multimedia, conexión inalámbrica de dispositivos móviles o un completo paquete de ayudas a la conducción y seguridad en el que sobresale el Travel Assist con guiado automático de carril y velocidad adaptativa.

En el escalón superior está el acabado R-Line, que luce detalles deportivos y elementos a la altura de coches de categoría superior, caso de las llantas de 17 pulgadas, faros LED Matrix, sistema de acceso y arranque sin llave, Digital Cockpit de 10,25 pulgadas y bloqueo de diferencial XDS.

El precio de partida del Taigo Life, con campaña y financiación, arranca en 22.600 euros, un precio competitivo para un producto de gran calidad y buen nivel de equipamiento.

Además, este modelo tiene “genética” española, ya que se produce para todo el mundo en la espectacular planta que tiene Volkswagen en Landaben, Navarra, donde también se fabrican el Polo y el T-Cross.

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Los coches de segunda mano más vendidos y más buscados del 2021

Los coches de segunda mano han sido protagonistas este año por dos grandes ventajas: su precio más asequible respecto a los nuevos modelos y su disponibilidad inmediata , a tener en cuenta debido a los atrasos en las entregas por la falta de semiconductores durante este año. El 2021 ha concluido con un total de 2,14 millones de coches de segunda mano vendidos , tanto en concesionarios como entre particulares.

Los coches de segunda mano han sido protagonistas este año por dos grandes ventajas: su precio más asequible respecto a los nuevos modelos y su disponibilidad inmediata, a tener en cuenta debido a los atrasos en las entregas por la falta de semiconductores durante este año.

El 2021 ha concluido con un total de 2,14 millones de coches de segunda mano vendidos, tanto en concesionarios como entre particulares. Esta cifra supone un crecimiento del 8,56% en comparación con el año anterior y las previsiones para este 2022 se quedan en los 2 millones de unidades registradas en compraventas de ocasión.

Los coches más vendidos

En la categoría de los coches de segunda mano más vendidos del 2021 gana el Renault Mégane, con 77.515 coches. Le siguen el Volkswagen Golf, con 75.524 unidades; el Seat Ibiza, con 68.553 unidades; el Seat León, con 58.655 unidades, y el Ford Focus, con 57.785 unidades.

Los modelos más buscados

Sin embargo, los coches más vendidos no siempre son los que más búsquedas atraen. En el mercado de ocasión es habitual cotillear coches de alta gama para ver si sus precios son más asequibles y en este 2021 las más marcas más buscadas han sido Mercedes, BMW y Audi. Por otro lado, los modelos de coche que más interés suscitan han sido el BMW Serie 3, el Volkswagen Golf y el Mercedes Clase C.

Las marcas con más ventas

Por último, las marcas que más ventas han acumulado este año siguen siendo las mismas del anterior 2020. La casa española Seat sigue a la cabeza de la clasificación con 193.424 unidades ya que dos de sus modelos se encuentran entre los más vendidos del año. Le sigue Volkswagen (184.402 coches vendidos), Renault (171.245 unidades), Peugeot (162.715) y Citroën (155.115).

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Probamos el nuevo Seat Ibiza, el utilitario que saca lo mejor del interior

El Seat Ibiza es un modelo redondo. Se mire por donde se mire.

El Seat Ibiza es un modelo redondo. Se mire por donde se mire. Es un producto con sello español, con mucha historia, un éxito de ventas, y lo más importante: es buen coche utilitario. Por eso, la responsabilidad de ponerlo al día es, cuando menos, “delicada”.

Hace cuatro años se actualizó profundamente, estrenando la plataforma MQB del Grupo Volkswagen y dando un enorme paso en dinámica y tecnología. En el apartado de diseño también evolucionó, y el resultado fue tan notable que ha aguantado el paso del tiempo sin desgaste, y hoy, después de un nuevo restyling, luce como el primer día sin apenas cambios exteriores más allá de la firma “manuscrita” del modelo en el portón trasero y las luces LED, que pasan a ser de serie en todas las versiones.

Cuando se presentó a la prensa el Seat Ibiza de 2021, ya vimos que el grueso del cambio estaba por dentro, pero hasta ahora no hemos podido analizarlo con mayor detenimiento. Como detalles diferenciadores, efectivamente el salpicadero cuenta con nuevos materiales y ornamentos; la pantalla del sistema multimedia deja de estar incrustada en la consola y se eleva para una mejor visualización; el volante multifunción recibe nuevos mandos y asume más funciones, como las del control de velocidad, y los aireadores se reubican, dejando los centrales en la zona inferior, bajo la pantalla, y los laterales toman formas circulares y en función del acabado elegido llegan a iluminarse como parte de la nueva dotación de luz ambiental.

Todo ello, junto a las nuevas tapicerías, le da más prestancia y modernidad al coche, pero la cosa no se queda solo en algo estético, pues por ejemplo la pantalla del sistema de infoentretenimiento es más grande –de 8,2 o 9,2 pulgadas–, la interfaz es más sencilla de utilizar y sobre todo actúa con mayor rapidez, y cuenta con conexión y carga inalámbrica de dispositivos móviles, lo que hace no estar pendiente de llevar siempre el cable con nosotros.

En las versiones más equipadas, como la Xcellence Plus probada, el cuadro digital es de serie, un elemento que se puede configurar de múltiples maneras y que es bastante útil, ya que en él puede visualizarse, incluso, la ruta del navegador.

Por lo demás, ni cambia el tamaño del coche ni varía la capacidad del maletero, que sigue ofreciendo unos más que interesantes 355 litros, pero sobre todo permanece inalterable el buen tacto de conducción de este utilitario “venido a más”, pues sin duda parece un coche de un segmento superior.

Nosotros nos hemos puesto al volante del Ibiza con motor de un litro y tres cilindros TSI de gasolina de 110 caballos (recordemos que ya no hay diésel disponible en la oferta, pero sí una mecánica TGI de Gas Natural Comprimido).

Esta mecánica es la más elegida por quien se decanta por el Seat Ibiza, y lo cierto es que muy equilibrada en tanto que gasta poco –5,1 litros de media a los 100 km según los datos homologados; 6,3 durante nuestra prueba–, emite solo 116 gramos por kilómetro de CO2 –el año próximo estarán fiscalmente penalizados los que emitan más de 120 gr/km– y su rendimiento es bueno y contundente cuando hace falta. Nosotros lo hemos probado con el cambio manual de seis marchas, preciso y de muy buen tacto, pero está la opción de elegir una transmisión automática de 7 velocidades, en cuyo caso las emisiones llegan a los 126 gr/km.

En cuanto al precio y el equipamiento, el nuevo Ibiza saca otra vez “músculo”, pues la dotación en general ha mejorado. El Seat Ibiza 1.0 TSI 110 CV Xcellence Plus manual que hemos sometido a prueba tiene un precio, con descuentos de la marca, de 18.310 euros, al que hay que añadir los 500 del atractivo color azul “Saphire”, novedad en el catálogo del modelo, y los 850 del techo panorámico.

En este nivel de acabado, uno de los más altos, forma parte de la dotación original las luces LED, las llantas de aleación de 16 pulgadas, el sistema de acceso y arranque sin llave, las pantallas digitales del cuadro de instrumentos y del sistema multimedia, el climatizador bizona, el control de crucero, la luz ambiental o la cámara trasera, mientras que de las ayudas a la conducción destacan el detector de fatiga del conductor, el asistente de frenado automático en ciudad o el sistema de arranque en pendiente, lo que deja a este Ibiza en un interesante punto de equilibrio entre calidad y precio.

Motor: gasolina.

Potencia (kW/CV): 81/110.

Cambio: manual, de 6 velocidades.

Largo (mm): 4.059.

Ancho (mm): 1.780.

Alto (mm): 1.444.

Maletero (litros): 355.

Velocidad máxima (km/h): 195.

De 0 a 100 km/h (seg.): 10,2.

Consumo medio (l/100 km): 5,1.

Emisiones CO2 (gr/km): 116.

Precio (euros): 18.310 euros.

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