Muchas veces pensamos en que los pilotos tienen una vida fácil, llena de glamour y disfrute. Se pasan medio dÃa subidos a una moto y el otro medio haciendo deporte. Y cuando no están entrenando están rodeados de gente, haciendo entrevistas, spots, y disfrutando de todo el aparato mediático que les rodea.
Pero a veces, cuando los tienes delante te das cuenta que no es tan maravilloso como parece. Trabajan muchÃsimo y casi sin descanso teniendo que mantener una sonrisa constante y una palabra agradable para cualquiera que se les acerque y les pregunte.
¿Somos asà el resto? ¿Somos siempre amables y sonrientes con todos aquellos que nos rodean aunque nos encontremos mal? ¿Aunque estemos agotados? Generalmente no.
Hace unos dÃas en Mujeres Moteras tuvimos la gran suerte de entrevistar a Laia Sanz, después de su grandÃsimo resultado en este Dakar 2015, y cuya entrevista podréis leer en un par de dÃas.
El Dakar es una carrera que ya de por sà lleva a los pilotos al lÃmite de sus fuerzas y que, además en esta edición, las condiciones climatológicas fueron tan duras que hicieron que los mismos pilotos pidiesen la suspensión de alguna etapa, cosa que no pasó.
Uno se espera que estos pilotos, tras tan duro esfuerzo, vuelvan a casa, descansen, se recuperen y se empiecen a preparar para su siguiente competición. Sin embargo la realidad dista mucho de esto.
Más de 15 dÃas después de su regreso, Laia Sanz aún no ha podido descansar y está, dÃa tras dÃa, atendiendo a todos los medios que, como nosotras, queremos saber de ella.
Con una cara de total agotamiento y un malestar fÃsico visible nos atendió con amabilidad y sin perder su sonrisa.
Nos hizo sentir como entre amigas.
Laia Sanz ya es de por sà un ejemplo a seguir como piloto y una Ãdolo para la mayorÃa de nosotras.
Con un palmarés increÃble ha logrado más que cualquier otra piloto en este planeta y más que muchos pilotos masculinos. Pero además, es un ejemplo a seguir como persona. Un modelo de referencia del saber estar y de la profesionalidad, que usuarios y pilotos deberÃamos tener en cuenta para aquellas ocasiones en que, nuestro agotamiento o nuestras preocupaciones, nos agrian un poco nuestro humor.
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