Gama Volvo Recharge: un híbrido enchufable para cada necesidad

La apuesta de Volvo por la electrificación ya no tiene marcha atrás.

La apuesta de Volvo por la electrificación ya no tiene marcha atrás. El fabricante sueco se ha puesto como objetivo que todos sus modelos en 2030 sean completamente eléctricos y pasar a ser la primera marca Premium en conseguirlo.

En la actualidad, toda su gama dispone de una versión híbrida enchufable, además de otras soluciones como la tecnología Mild Hybrid presente igualmente en algunas de sus variantes.

De hecho, el año pasado lograron que el 20% de sus ventas en España fueran de versiones híbridas enchufables siendo el fabricante Premium con más entregas en este apartado.

Destacable también es la noticia que antes del verano empezarán a comercializar el primer modelo totalmente eléctrico de la marca sobre la base del XC40 y a principios del año que viene se hará lo propio con el C40, provisto en su caso de una silueta del tipo crossover, cuyas primeras imágenes oficiales pudimos conocer hace algunas semanas.

La actual gama está presente en siete segmentos diferentes del mercado con un total de ocho modelos y catorce versiones a elegir. Dentro de la categoría SUV encontramos el XC40, el XC60 y el XC90, mientras que en el de las berlinas y los familiares destacan el S60, el V60, el S90 y el V90. Dependiendo del modelo, la autonomía en modo completamente eléctrico va desde los 45 a los 59 kilómetros y todos disponen de tres modos de conducción para adaptarse a prácticamente todas las necesidades.

En el modo Pure, el vehículo circula con energía eléctrica, excepto en una demanda puntual de prestaciones, que activa también el funcionamiento del motor de gasolina durante un breve periodo de tiempo. En el modo Hybrid se optimiza la interacción entre el motor eléctrico y el de combustión, para conseguir un rendimiento adaptado a todas las situaciones, con unos bajos consumos y emisiones, y una gran autonomía.

El modo Power, la potencia del motor eléctrico y del motor de combustión buscan las mejores prestaciones y la conducción más deportiva. La mayoría de los modelos Recharge también cuentan con tracción AWD de cara a disponer de la máxima capacidad de tracción en las circunstancias de conducción más desfavorables.

En cuanto a los niveles de potencia disponibles, la gama Recharge arranca en los 211 CV del XC40 T4 hasta los 405 CV de los S/V60 Polestar. Si ahora nos fijamos en los precios, el ya mencionado XC40 T4 parte desde los 46.500 euros, mientras que el XC90 T8 Twin llega a los 81.500 euros.

XC40 T4 Twin y T5 Twin: desde 46.500 euros

S60 T8 Twin y Polestar: desde 58.750 y 67.341 euros

V60 T6 Twin y Polestar: desde 56.950 y 69.024 euros

XC60 T6 Twin y Recharge Polestar: desde 60.950 y 77.655 euros

S90 T8 Twin: desde 70.950 euros

V90 T6 Twin y T8 Twin: desde 70.959 y 74.950 euros

XC90 T8 Twin: desde 81.500 euros

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Aquí están todos los Volvo híbridos enchufables que te puedes comprar

Calidad, imagen, seguridad … estos son algunos de los atributos más reconocidos del fabricante sueco de automóviles. Ahora llega la electrificació n y en Volvo ya han puesto la directa para que en toda su gama se pueda disponer de un coche con estas características . El objetivo es impulsar aún más la difusión de los vehículos recargables.

Calidad, imagen, seguridad… estos son algunos de los atributos más reconocidos del fabricante sueco de automóviles. Ahora llega la electrificación y en Volvo ya han puesto la directa para que en toda su gama se pueda disponer de un coche con estas características.

El objetivo es impulsar aún más la difusión de los vehículos recargables. La gama Recharge mantuvo su fuerte dinámica de ventas durante el primer trimestre de 2020, representando el 14,7% de todos los automóviles vendidos en ese periodo.

A finales del mismo trimestre del año anterior este porcentaje era del 7,4%. En 2019, Volvo vendió casi 46.000 híbridos enchufables, un 23% más que en 2018 y el doble que en 2017.

Parece que está muy lejos, pero no lo es tanto. De aquí a 2040, Volvo no tendrá ningún coche en su gama con emisiones de carbono. Y el primer paso es que el 50% de sus ventas en 2025 sean de vehículos totalmente eléctricos.

Esa es la estrategia de futuro, pero en el presente ya se han dado importantes pasos. Actualmente, Volvo cuenta con una variante Recharge (híbrido enchufable) en todos los modelos de su gama: en las berlinas S60 y S90, en los familiares V60 y V90, y por supuesto en los Sport Utility Vehicles disponibles, los XC40, XC60 y XC90. Siete modelos con un total de once versiones Recharge, todo un “dream team” ecológico. Las potencias (sumado el motor térmico y el eléctrico) van desde los 340 CV de las versiones T6 hasta los 390 CV de las T8. En el caso del XC40 T5 se disponen de 262 CV.

En general, los coches híbridos aúnan lo mejor del motor de combustión con las ventajas de poder rodar en modo eléctrico durante varios kilómetros. Esto se traduce en un consumo mucho más reducido, pero en el caso de Volvo con el valor añadido de la calidad, seguridad y tecnología que siempre ha implementado a sus modelos.

Para ello, los diferentes modos de conducción a elegir nos permiten adaptar el carácter y funcionamiento de estos modelos a los gustos y necesidades que tengamos en cada momento.

En el modo Pure, por ejemplo, el vehículo circula con energía eléctrica, excepto en una demanda puntual de prestaciones, que activa también el funcionamiento del motor de gasolina durante un breve periodo de tiempo. En el modo Hybrid se optimiza la interacción entre el motor eléctrico y el térmico, para conseguir un rendimiento adaptado a todas las situaciones, con unos bajos consumos y emisiones, y una gran autonomía. El modo Power la potencia del motor eléctrico y del motor de combustión persiguen una respuesta más deportiva.

La mayoría de los modelos Recharge también cuentan con un modo AWD, con una tracción total constante para optimizar la motricidad y la estabilidad sobre trazados deslizantes. Y algunos incorporan el modo Individual, con el que se pueden combinar elementos favoritos de los demás modos para crear uno personal con una experiencia de conducción verdaderamente a medida.

Para tener una referencia, recurrimos a las cifras oficiales de consumo mixto (en ciclo de homologación WLTP), y vemos que estas van de los 1,8 litros a los 100 km (con 41 g/km de emisiones) del Volvo XC40 T5 Recharge a los 2,1 litros a los 100 km (con 48 g/km) del XC90 Recharge T8 Twin Engine. Sin duda, unas cifras muy reducidas para unos coches de gran potencia, prestaciones y dimensiones.

Por su parte, en modo eléctrico, la autonomía de la gama Recharge va de los 45 a los 59 kilómetros, suficiente para transitar por el centro de la ciudad sin restricciones ni emisiones contaminantes.

Adicionalmente, Volvo también cuenta con modelos de hibridación ligera o Mild Hybrid en su catálogo (las series B4 y B5), y para finales de año llegará el XC40 Recharge P8, primer eléctrico puro de la marca.

Modelo-Potencia-Precio

Volvo S60 T6 Twin Engine 340 CV 55.750 a 58.412

Volvo S60 T8 Twin Engine 390 CV 58.750 a 61.412

Volvo S90 T8 Twin Engine 390 CV 70.950 a 74.761

Volvo V60 T6 Twin Engine 340 CV 55.450 a 59.987

Volvo V60 T8 Twin Engine 390 CV 58.449 a 62.987

Volvo V90 T6 Twin Engine 340 CV 70.950 a 74.459

Volvo V90 T8 Twin Engine 390 CV 74.950 a 78.459

Volvo XC40 T5 Twin Engine 262 CV 45.550 a 50.620

Volvo XC60 T6 Twin Engine 340 CV 59.750 a 65.340

Volvo XC60 T8 Twin Engine 390 CV 63.750 a 69.340

Volvo XC90 T8 Twin Engine 390 CV 80.500 a 86.385

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La tecnología que hace nuestros coches más seguros los acerca al siniestro total en caso de accidente

Una de las paradojas del mundo moderno en el que vivimos . Un coche de hace 15 años apenas tenía más seguridad activa que un sistema de ABS – o un control de tracción en el mejor de los casos. Los airbags era todo lo que había en materia de seguridad pasiva avanzada


Una de las paradojas del mundo moderno en el que vivimos. Un coche de hace 15 años apenas tenía más seguridad activa que un sistema de ABS – o un control de tracción en el mejor de los casos. Los airbags era todo lo que había en materia de seguridad pasiva avanzada. Un impacto frontal a baja velocidad podía provocar daños en carrocería y radiador, e incluso hacer saltar los airbags. Pero por normal general, eran daños de reparación sencilla y no demasiado costosa. Con un coche moderno, un impacto a baja velocidad tiene menos posibilidades de ocurrir, pero si lo hace, puede mandar a nuestro coche al desguace.

Según Risk Theory, sólo el coste de reemplazar los airbags de un coche moderno puede acercarse a los 4.000 dólares.

Según declaraciones de la aseguradora estadounidense Risk Theory, la carga tecnológica de los coches modernos hace mucho más fácil que sean declarados siniestro total en caso de accidente. ¿Por qué, si son coches más seguros que nunca? Es la pescadilla que se muerde la cola: la tecnología que evita accidentes en nuestros coches es muy cara y avanzada. Cuando esta tecnología se destruye en un impacto frontal, el montante de la reparación puede superar el valor residual del propio coche, y en multitud de ocasiones, las aseguradoras los llegan a declarar siniestro total.

Es paradójico, pero es muy cierto. Pensad en un coche moderno como el Volvo S90. Es una berlina capaz de frenar por sí misma, de mantener la distancia con el coche al que precedemos, de leer las señales de tráfico. El haz de luz de sus faros acompaña al giro del coche. Toda esta tecnología está basada en una complicada red de sensores de todo tipo, radares y cámaras de alta resolución, gobernada por un ordenador central con multitud de subsistemas. Según he leído recientemente en Jalopnik, una óptica frontal de un Volvo S90 tiene un coste de unos 2.200 dólares. Como lo oyes.

Una de las ópticas frontales de un Volvo S90 tiene un coste de reemplazo cercano a los 2.000 euros.

Esta óptica tiene disipadores de calor, motores eléctricos, varios LEDs diurnos y un diseño complicado. Es una obra de ingeniería, con un precio acorde. En un simple impacto frontal a 20-25 km/h quedaría completamente destrozada. Súmale otra óptica, el radar frontal, varios sensores y el reemplazo de los airbag del habitáculo, que han saltado desgarrando parte del salpicadero y los paneles interiores. Lo mismo ocurre con sus estructuras de deformación controlada, como ya os hemos contado en este artículo. Un golpe frontal de modesta importancia se puede convertir en una avería de cinco cifras con una facilidad pasmosa.

El Volvo S90 es un coche nuevo, y en estos momentos será reparado por el seguro con toda seguridad, ¿pero qué ocurrirá cuando el coche tenga 10 años y el golpe sea igual de caro? El valor del coche será muy inferior y el seguro preferirá declararlo siniestro total, aunque sea perfectamente reparable. Según el informe de Risk Theory, el pescador de este río revuelto son los desguaces, que se nutrirán de coches en aparente buen estado, con multitud de piezas y tecnologías aprovechables por los coches que aún ruedan en las carreteras.

Fuente: Automotive News

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La tecnología que hace nuestros coches más seguros los acerca al siniestro total en caso de accidente

Una de las paradojas del mundo moderno en el que vivimos . Un coche de hace 15 años apenas tenía más seguridad activa que un sistema de ABS – o un control de tracción en el mejor de los casos. Los airbags era todo lo que había en materia de seguridad pasiva avanzada


Una de las paradojas del mundo moderno en el que vivimos. Un coche de hace 15 años apenas tenía más seguridad activa que un sistema de ABS – o un control de tracción en el mejor de los casos. Los airbags era todo lo que había en materia de seguridad pasiva avanzada. Un impacto frontal a baja velocidad podía provocar daños en carrocería y radiador, e incluso hacer saltar los airbags. Pero por normal general, eran daños de reparación sencilla y no demasiado costosa. Con un coche moderno, un impacto a baja velocidad tiene menos posibilidades de ocurrir, pero si lo hace, puede mandar a nuestro coche al desguace.

Según Risk Theory, sólo el coste de reemplazar los airbags de un coche moderno puede acercarse a los 4.000 dólares.

Según declaraciones de la aseguradora estadounidense Risk Theory, la carga tecnológica de los coches modernos hace mucho más fácil que sean declarados siniestro total en caso de accidente. ¿Por qué, si son coches más seguros que nunca? Es la pescadilla que se muerde la cola: la tecnología que evita accidentes en nuestros coches es muy cara y avanzada. Cuando esta tecnología se destruye en un impacto frontal, el montante de la reparación puede superar el valor residual del propio coche, y en multitud de ocasiones, las aseguradoras los llegan a declarar siniestro total.

Es paradójico, pero es muy cierto. Pensad en un coche moderno como el Volvo S90. Es una berlina capaz de frenar por sí misma, de mantener la distancia con el coche al que precedemos, de leer las señales de tráfico. El haz de luz de sus faros acompaña al giro del coche. Toda esta tecnología está basada en una complicada red de sensores de todo tipo, radares y cámaras de alta resolución, gobernada por un ordenador central con multitud de subsistemas. Según he leído recientemente en Jalopnik, una óptica frontal de un Volvo S90 tiene un coste de unos 2.200 dólares. Como lo oyes.

Una de las ópticas frontales de un Volvo S90 tiene un coste de reemplazo cercano a los 2.000 euros.

Esta óptica tiene disipadores de calor, motores eléctricos, varios LEDs diurnos y un diseño complicado. Es una obra de ingeniería, con un precio acorde. En un simple impacto frontal a 20-25 km/h quedaría completamente destrozada. Súmale otra óptica, el radar frontal, varios sensores y el reemplazo de los airbag del habitáculo, que han saltado desgarrando parte del salpicadero y los paneles interiores. Lo mismo ocurre con sus estructuras de deformación controlada, como ya os hemos contado en este artículo. Un golpe frontal de modesta importancia se puede convertir en una avería de cinco cifras con una facilidad pasmosa.

El Volvo S90 es un coche nuevo, y en estos momentos será reparado por el seguro con toda seguridad, ¿pero qué ocurrirá cuando el coche tenga 10 años y el golpe sea igual de caro? El valor del coche será muy inferior y el seguro preferirá declararlo siniestro total, aunque sea perfectamente reparable. Según el informe de Risk Theory, el pescador de este río revuelto son los desguaces, que se nutrirán de coches en aparente buen estado, con multitud de piezas y tecnologías aprovechables por los coches que aún ruedan en las carreteras.

Fuente: Automotive News

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