El portal endado.com ha presentado un informe que recoge las averÃas más comunes de los vehÃculos que forman el parque móvil español. De entre las provocadas por los propios conductores, destaca una: equivocarse de combustible al repostar.
Cargar el depósito de combustible con la sustancia equivocada ocurrió, según los cálculos realizados por los creadores del listado, más de 50.000 veces sólo en España durante el año 2016. Este dato supone que alrededor del 26% de las averÃas provocadas por errores, despistes o negligencias de los usuarios corresponda a este caso: más de una de cada cuatro.
Tal como afirma Miguel Pérez, socio fundador de Endado.com, en unas declaraciones recogidas por Europa Press, lo recurrente del error puede deberse a usuarios que cuentan “con dos vehÃculos”, o que “utilizan coche de empresa”.
El sencillo gesto de introducir una manguera equivocada en la boca del depósito de combustible puede costar al conductor alrededor de 400 euros. Si se introduce un combustible equivocado en el vehÃculo, el conductor deberá limpiar el depósito y los conductos, e incluso cambiar los filtros del coche, lo que puede hacer crecer la factura del taller.
No muy lejos de este fallo tan común, en el segundo puesto de la lista, está el hacer caso omiso a los testigos luminosos. Un 20% de las visitas al taller, alrededor de 38.000 veces, tienen como causa este fallo por parte de los conductores que circulan por las vÃas españolas.
El podio lo cierra la dejadez. La tercera averÃa más frecuente es la derivada de la falta de revisiones y un adecuado mantenimiento de los vehÃculos tal y como recomiendan los fabricantes. Una encuesta realizada por Wazypark cifra en un 55% los conductores incumplÃa esos consejos por los altos precios de los talleres en los que realizar las revisiones periódicas.
Pero la lista no se limita a esas tres prácticas. Otras negligencias comunes entre los conductores españoles son la mala conducción, el abuso de acelerones o un mal uso de las marchas también provocan averÃas que terminan afectando al bolsillo del usuario. Por no hablar de los que se dejan las llaves dentro del coche.
