Milán cierra al tráfico rodado por la alta contaminación

No solo Madrid o París están sufriendo en los últimos meses los problemas de contaminación. Milán y otras grandes ciudades italianas como Nápoles o Roma también están en alerta por altos niveles de contaminación, y ha sido la ciudad del norte de Italia la que ha tomado las medidas más restrictivas con el tráfico de vehículos.

En Milán han prohibido la circulación de vehículos desde ayer lunes hasta el próximo miércoles. Y no es la primera vez que se toma una medida tan drástica en Milán, ya que algo semejante ocurrió en 2010.

Mientras en Madrid muchos se quejaban por las limitaciones de velocidad y las prohibiciones de aparcar en las zonas S.E.R como medidas disuasorias del tráfico rodado, en Milán han optado por una medida más tajante.

Durante estos tres días no podrá circular ningún vehículo particular por las calles de Milán entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. En ese horario solo pueden circular los vehículos de transporte público con una velocidad limitada a 30 km/h.

Roma también limita el tráfico

En Roma se han tomado medidas para limitar el tráfico, usando el sistema de tráfico alterno dependiendo de las matrículas pares o impares de los coches. Los horarios de restricción del tráfico en la capital de Italia con un poco más permisivos.

Otras ciudades italianas como Turín o ciudades más pequeñas de la zona de Lombardía también están aplicando medidas restrictivas de tráfico para reducir los niveles de contaminación o al menos para que estos no sigan creciendo.

Así pues, parece que las restricciones al tráfico en las grandes ciudades europeas comienzan a ser más habituales de lo que esperábamos. Tal vez el clima seco y cálido que estamos viviendo este otoño invierno, sea uno de los motivos que han hecho que las restricciones al tráfico hayan llegado antes de lo que muchos pensábamos, pero en el fondo estaba claro que esto iba a ocurrir tarde o temprano.

Furia contra el radar de tráfico

Este mes hemos conocido dos noticias importantes para los conductores españoles:  la DGT anuncia por un lado que va a duplicar los controles de velocidad mientras que por otro informa de que en solo unos meses  los temidos radares de Tráfico serán visibles aunque igualmente implacables, sospechamos.

Este mes hemos conocido dos noticias importantes para los conductores españoles: la DGT anuncia por un lado que va a duplicar los controles de velocidad mientras que por otro informa de que en solo unos meses los temidos radares de Tráfico serán visibles aunque igualmente implacables, sospechamos.

No es nuestra intención animar a nadie a cometer ningún tipo de delito ni acto violento, al contrario, aunque sí es nuestro deber avisar a la señora María Seguí, directora general de Tráfico, del riesgo que corren sus radares fuera de sus escondites desde los que hasta hoy cazaban a los vehículos que circulan a una velocidad superior a la permitida. Me refiero a casos como estos, que podríamos englobar dentro de la categoría “furia contra el radar”:

Casos de radares destrozados

Una noticia de La Vanguardia del 26 de octubre de 2003 decía: “Detenido por destrozar a mazazos un radar fijo en la A-2 en Cervera”. En ella se explica cómo el aparato tenía la puerta metálica arrancada, los cristales rotos y los aparatos electrónicos golpeados. ¿Un conductor cabreado? Seguramente. Y mucho, si tenemos en cuenta que los agentes descubrieron que incluso lo había rociado con gasolina para prenderle fuego.

Otro caso llamativo es el del radar de tráfico que se ubicó en el verano de 2007 en la autopista A-7 a la altura de la localidad almeriense de El Ejido y que fue destrozado varias veces. Nunca se logró averiguar quien lo hizo aunque probablemente el nombre del culpable figure en la larga lista de “víctimas” de su cámara delatora.

Menos suerte tuvo el vecino de Málaga que en mazo de 2009 la emprendió a garrotazos con un radar fijo situado en la calle Pacífico de la ciudad andaluza. La broma le salió por 1.000 € de multa. Habría que preguntarle si valió la pena. Otro conductor furioso, en este caso en la localidad catalana de Port de Suert, optó por las armas de fuego para dejar fuera de combate al radar que le amargaba la vida, al que ajustició con tres disparos de escopeta. También fue identificado y la sanción fue abultada… ¡Casi 40.000 euros!

Estos son solo algunos casos de una lista larguísima de actos de violencia contra estos dispositivos de control de tráfico, demasiado larga para reproducirla aquí.

Pero los actos de vandalismo contar los radares de tráfico no son asunto exclusivo de los viscerales conductores españoles de sangre caliente. En Francia por ejemplo llegó incluso a haber un grupo organizado dedicado a retirar del servicio a los radares más recalcitrantes de la red viaria. Se hacían llamar Frente Nacional Anti Radar (FNAR), eran de ideología anarquista y entre los años 2007 y 2008 llegaron a acumular un palmarés delictivo considerable.

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