El Ford Explorer más aventurero y off-road se apellida Timberline

En verdad, es todo un logro que el Ford Explorer se venda en Europa. Lo hace gracias a su esquema híbrido enchufable, de 450 CV de potencia combinada

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En verdad, es todo un logro que el Ford Explorer se venda en Europa. Lo hace gracias a su esquema híbrido enchufable, de 450 CV de potencia combinada. Lo pudimos probar hace unos meses y nos dejó un gran sabor de boca. En Estados Unidos, su tierra natal, el Ford Explorer se vende con muchas mas opciones mecánicas, e incluso se vende un Explorer ST de 400 CV y orientación deportiva. La noticia es el nacimiento de una versión Timberline para el Ford Explorer, de marcado carácter aventurero, y con una considerable mejora de sus capacidades off-road.

El progresivo aumento del número de SUV en las carreteras y su comportamiento cada vez más similar al de un turismo ha ido en claro detrimento de sus capacidades fuera del asfalto. Y sin embargo, hay una demanda creciente de vehículos polivalentes que se desenvuelvan mejor fuera del asfalto, sin descuidar esa compatibilidad con el uso diario. Este es un fenómeno curioso que lleva años en aumento en Estados Unidos, y es el que ha llevado al nacimiento de vehículos como las Ford F-150 Raptor, y en una escala muy inferior, al Ford Explorer Timberline.

Equipa gancho de remolque de serie. Es capaz de remolcar hasta 2,4 toneladas.

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A nivel visual, el Timberline se diferencia de otros Explorer por dos barras de LED en la calandra, una parrilla en tono Carbonized Gray y unos nuevos antiniebla. El paragolpes es de nueva factura y tiene detalles en color Red Ember, además de dos ganchos de remolque que soportan el 150% del peso del vehículo. En la parte baja del coche pueden observarse unas planchas de acero, protecciones reales y muy robustas para los bajos. Estas protecciones también cubren la caja de cambios, así como elementos delicados bajo el eje trasero.

El color Forged Green es exclusivo de esta versión, y va acompañado de unas ópticas ligeramente ahumadas. Las llantas de 18 pulgadas son negras y están calzadas con neumáticos todoterreno, concretamente unos Bridgestone Dueller A/T en medidas 265/65 R18. Estos neumáticos de gran balón no solo le ofrecen un mejor agarre fuera del asfalto, si no que contribuyen a que la altura al suelo del coche aumente en 2 cm, llegando a un mínimo de 22 centímetros. Los cambios mecánicos no terminan aquí: el Explorer Timberline equipa un tren de rodaje más robusto.

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El ángulo de ataque es de 23,5 grados, y el de salida es de 23,7 grados.

Sus amortiguadores son los mismos del Explorer Police Interceptor – diseñados para soportar un abuso muy superior – y están acompañados de nuevos muelles y barras estabilizadoras. La dirección ha sido recalibrada para la conducción todoterreno y los amortiguadores delanteros acusan menos rebote al recibir impactos de alta frecuencia en conducción fuera del asfalto. El sistema de tracción total permanente también recibe un autoblocante mecánico para el eje trasero, que ayudará a que salgamos de ciertos atolladeros con más facilidad.

Su capacidad off-road queda fuera de toda cuestión. Aunque carece de reductora, cuenta con un selector de modos de conducción, con siete programas, varios específicos para la conducción off-road. La única opción mecánica es un 2.3 EcoBoost de cuatro cilindros y 300 CV, asociado a una caja de cambios automática de convertidor de par y 10 relaciones. En cuanto a su equipamiento, destaca el tapizado específico de cuero verde y tela gris en los asientos, así como el ribeteado marrón de asientos y puertas, a juego con el tapizado del techo.

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Las molduras del salpicadero imitan una superficie rocosa.

El Ford Explorer Timberline no se venderá en Europa.

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¿Quieres un híbrido y te estresa depender de un enchufe? El Ford Kuga FHEV puede ser tu solución

El Kuga de Ford es uno de los SUV más equilibrados del mercado. Lo es por su tamaño, que aunque esté entre los compactos es de los más grandes con sus 4,6 metros de longitud; lo es por su imagen, diferente y estilizada respecto a los productos más tradicionales, y lo es por su extensa gama mecánica, que prácticamente lo tiene todo.

El Kuga de Ford es uno de los SUV más equilibrados del mercado. Lo es por su tamaño, que aunque esté entre los compactos es de los más grandes con sus 4,6 metros de longitud; lo es por su imagen, diferente y estilizada respecto a los productos más tradicionales, y lo es por su extensa gama mecánica, que prácticamente lo tiene todo.

Efectivamente, el Kuga se puede elegir con motor gasolina, diésel, con hibridación ligera (MHEV), híbrido enchufable (PHEV) y, desde hace pocas semanas, con un sistema híbrido convencional (FHEV) que es una de las opciones con etiqueta “Eco” de la DGT de la gama y la que probamos en esta ocasión.

Decíamos que las formas del Kuga se alejan de lo tradicional, y lo cierto es que parece incluso más pequeño de lo que realmente es. Llaman la atención los grandes y alargados faros delante y detrás y la deportividad que le confieren los paragolpes, alerones y la doble salida de escape cromada de esta versión ST Line X.

Por dentro el espacio es amplio, no en vano 2,7 metros de distancia entre ejes dan para mucho. Las plazas delanteras tienen unos asientos deportivos bastante confortables, mientras que las traseras ofrecen muy buen espacio para los ocupantes. La banqueta de la segunda fila se puede deslizar 15 cm hacia delante o detrás, y esto hace que el volumen del maletero pase de 411 a unos más que suficientes 585 litros de capacidad, que es menos que lo que ofrecen las versiones térmicas (hasta 645 litros) por la presencia de la batería.

El sistema híbrido se compone de un motor gasolina de cuatro cilindros, 2,5 litros y 150 caballos en combinación con otro eléctrico de 92 kW y una batería de 1,1 kWh. En total este Kuga ofrece la nada despreciable cifra de 190 CV de potencia.

Puestos al volante, y como es habitual en los híbridos no enchufables, el coche se mueve a bajas velocidades con electricidad, una ventaja en términos de consumo al arrancar y cuando hay tráfico denso en ciudad. Cuando se demanda más potencia, o la batería se agota, entra en funcionamiento el motor de combustión, que por cierto no es excesivamente ruidoso.

El Ford Kuga es grande y no es de los que más capacidad de giro tiene, pero se defiende bien en la ciudad. Fuera de ella es muy agradable su uso, tiene un rodar muy confortable en autovía y nunca falta potencia cuando la necesitamos. La suspensión, aún siendo deportiva en esta versión, ofrece un elevado confort de marcha y también da seguridad en zonas reviradas, con menos inercias de las esperadas para ser un SUV, aunque es un vehículo de 1.700 kg y se nota. También es destacable el tacto y la capacidad del equipo de frenos, que contribuyen a una conducción muy segura.

El funcionamiento del sistema híbrido se puede “monitorizar” fácilmente mediante el cuadro de mandos digital y el apartado dedicado en el sistema multimedia SYNC 3 de que dispone el Kuga.

Como la batería es pequeña, es muy fácil recuperar energía con la propia dinámica del coche (hay un posición “L” en el cambio para forzar una mayor regeneración), pero en cualquier caso el sistema híbrido actúa automáticamente de la forma más efectiva posible “leyendo” nuestra propia conducción para ser más eficiente.

El Ford Kuga FHEV probado es de tracción delantera, pero hay también una versión 4×4 disponible en la gama. De todos modos, está provisto de varios perfiles de conducción, “Eco”, “Normal”, “Deportivo”, “Resbaladizo” y “Nieve/Arena profunda”, que ajustan la electrónica y la respuesta de motor o cambio (automático) para esas condiciones.

Nosotros realizamos la prueba casi todo el tiempo en modo “Normal”, y tras 400 km obtuvimos un gasto de combustible medio de 6,3 litros a los 100 km, una cifra que si bien supera los 5,6 homologados por la marca, nos parece baja para un coche de tan alta cilindrada y potencia, que además es grande y pesa bastante.

La razón de esto, sin duda, es el trabajo que el motor eléctrico ahorra al de gasolina en ciudad y cuando funciona en marcha, casi siempre a ritmos de velocidad de crucero. Además, nuestra conducción fue exigente en ocasiones, sin primar el consumo, de modo que en un uso normal, con los 54 litros de depósito, es fácil superar los 900 km de autonomía.

El Ford Kuga ST Line X FHEV cuesta 38.821 euros, aunque con campañas y financiación la cifra se puede quedar en 34.964 euros. Este precio incluye la estética deportiva del acabado ST Line, luces LED o llantas de 18 pulgadas, por ejemplo, y a ello se añade suspensión deportiva, acceso y arranque sin llave, cuadro digital, sistema multimedia SYNC 3 con pantalla de 8 pulgadas, control de crucero con limitador de velocidad, climatizador bizona, cargador inalámbrico para el móvil, cámara de marcha atrás y el muy práctico portón con apertura “manos libres” (se hace mediante un gesto con el pie).

También cuenta, por supuesto, con sistemas de ayuda a la conducción, si bien muchos de ellos en paquetes opcionales con sobreprecio. En cualquier caso, esta es de las versiones más equipadas de la gama (por encima solo queda el acabado Vignale) y una gran opción para quien quiera un SUV bonito y versátil con el que viajar de forma eficiente durante centenares de kilómetros sin preocuparse por encontrar puntos de recarga eléctrica y con las ventajas de la etiqueta “Eco” de la DGT en términos de fiscalidad y movilidad en grandes ciudades.

Motor: híbrido gasolina.

Potencia (kW/CV): 140/190.

Cambio: automático.

Largo (mm): 4.614.

Ancho (mm): 1.883.

Alto (mm): 1.680.

Maletero (litros): 411 o 581.

Velocidad máxima (km/h): 196.

De 0 a 100 km/h (seg.): 9.

Consumo medio (l/100 km): 5,6.

Emisiones CO2 (gr/km): 129.

Precio (euros): 34.964 (con descuentos).

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