¿Cuántas veces hemos oÃdo este comentario? “le haces más caso a la moto que a miâ€. ¿Es cierto?
La mayorÃa de nosotros nos pasamos la semana trabajando muy duro y el fin de semana sólo tiene dos dÃas (uno para muchos). ¿En qué lo queremos gastar? En aquello que más nos apasione.
La pasión por las motos va más allá que el amor por una pareja o de cualquier otra cosa. Es una pasión que nos hace sentir vivos y nos hace desconectar absolutamente de todo, para sólo estar pendientes de nuestra moto y de la carretera. Es como resetear el cerebro y eliminar de nuestro cuerpo todas esas toxinas de estrés, agobios, malos rollos y problemas que hemos acumulado durante la semana.
Pero ¿Qué pasa cuando nuestra pareja no es ni piloto ni motera? ¿y si además nuestra pareja no tiene ninguna pasión propia y distinta a la nuestra que pueda hacer mientras nosotros salimos en moto?
Que esta pareja esperará a que en el fin de semana, la desconexión y reseteo sea conjunta, dando un paseo o yendo a alguna parte.
Llega el fin de semana y empieza la tensión entre lo que nuestra pareja espera que hagamos y lo que nosotros queremos hacer. Ella (la pareja, novio o novia) pretende que estemos juntos, nosotros no podemos dejar de lado nuestra pasión. No podemos acallar nuestros sentimientos y la felicidad que sentimos cuando pilotamos, asà que queremos salir a jugar con nuestras motos. Para nosotros lo ideal es repartir el poco tiempo del fin de semana entre la moto y nuestras parejas.
Es ahà el momento en que esas palabras se crean en la cabeza de nuestra pareja.
No es cuestión de hacerle más caso a la moto. Es cuestión de hacerle más caso a nuestra alma y a nuestro corazón, que necesita ser libre y llenarse de emoción, al menos, durante unas horas en que estamos nosotros, nuestra moto, nuestros amigos de ruta y la carretera.
Y si nuestra pareja nos quiere de verdad, lo entenderá y lo respetará. Porque vida solo hay una y debemos gastarla con lo que más nos apasione.
Aunque lo mejor que nos puede pasar en esta vida, y seguro que estáis de acuerdo, es que nuestra pareja sea tan apasionada por las motos, como lo somos nosotros.
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