La proximidad de algunas ciudades españolas con la frontera portuguesa puede tentar a algunos conductores a probar suerte en el país vecino para repostar, con la esperanza de que ahí la gasolina y el diésel sean más baratos. Pero a lo largo de estos días las colas se han formado para entrar desde Portugal hacia nuestro país, puesto que allí los derivados del petróleo registran precios más altos que los españoles.
Así, el precio de la gasolina y el diésel ha ido elevándose en el país vecino hasta llegar a superar en algunas estaciones de servicio los dos euros por litro de gasolina, más cara que el diésel. Según la bolsa de transporte Cargopedia y a fecha 7 de marzo, la gasolina sin plomo 95 llegaba, de media, a 1,913 euros por litro y el diésel, a 1,808 euros el litro. La organización Global Petrol Prices cifraba la gasolina, para esa misma fecha, a 1,917 euros el litro y el diésel a 1,812 euros el litro.
Durante la última semana de febrero, los precios de la gasolina sin plomo 95 en Portugal rondaban de media los 1,832 euros por litro y los 1,675 euros en el caso del diésel. Así, el incremento en apenas diez días ha sido casi diez y veinte céntimos para cada tipo de combustible.
Alta fiscalidad
En Portugal, al igual que sucede en España, los impuestos y la fiscalidad que gravan este tipo de derivados del petróleo encarecen mucho su precio final, el que pagan los conductores. Aproximadamente la mitad del precio que llega al consumidor final son impuestos. En concreto, la carga fiscal sobre los combustibles en Portugal está en torno al 60%.
Pese a que el Gobierno portugués ha decidido prorrogar hasta el próximo mes de abril una rebaja del Impuesto sobre los Productos del Petróleo (ISP) de dos céntimos en la gasolina y un céntimo en el gasóleo, los precios de los combustibles en las estaciones de servicio lusas siguen generando grandes movimientos hacia las gasolineras españolas cercanas a la frontera.