Cómo conducir bien una moto con seguridad

Si estas Navidades por fin te has decidido y les has pedido a los Reyes tu primera moto, es también el momento perfecto para hacer un pequeño repaso. Ya sabemos que de la teoría a la práctica hay un buen trecho. No obstante, siempre es mejor tener los conceptos frescos

Si estas Navidades por fin te has decidido y les has pedido a los Reyes tu primera moto, es también el momento perfecto para hacer un pequeño repaso. Ya sabemos que de la teoría a la práctica hay un buen trecho. No obstante, siempre es mejor tener los conceptos frescos. Por ello, en este artículo vamos a aprender a conducir bien una moto.

Cómo podemos conducir bien una moto

Siempre hay una primera vez para todo. Cuanta mayor sea la tranquilidad que tengamos, mejor será nuestra respuesta en el caso de que haya que reaccionar con rapidez. Además, la conducción será más suave y evitaremos los movimientos bruscos.

Para alcanzar la maestría se requiere mucha práctica. Pero esto no sucede solamente con las motos, esto se aplica a cualquier materia. Por este motivo, para aprender a conducir bien una moto, lo más importante va a ser nuestra actitud. Debemos circular con confianza, pero sin dejar de ser conscientes de los riesgos. Sin prisa, pero sin pausa.

Si ya superaste el proceso de elegir una moto y tienes toda la equipación y vestimenta adecuadas, podemos ponernos manos a la obra. O mejor dicho, manos a la moto.

Aprende a mover la moto parada

Antes de conducir bien una moto, debemos saber moverla cuando está parada. Si tenemos poca experiencia es preferible que la moto se ajuste a nuestro tamaño y peso. Para realizar desplazamientos en línea recta, lo mejor es sujetarla con ambas manos por el manillar.

Si tenemos que hacer giros y la moto nos resulta demasiado grande y pesada, colocaremos una de las manos en la parte trasera. Así habrá un mayor equilibrio y podremos controlar mejor la moto.

La derecha al control del movimiento

Nuestro lado derecho se encarga del movimiento. Es decir, tanto del avance como de la detención. Para conducir bien una moto, debemos familiarizarnos con estos controles. De este modo, podremos ajustar el giro con la aceleración, y evitar así acelerones bruscos o excesivos.

Lo mismo sucede con la fuerza que haya que aplicar para accionar el freno, y la combinación de mano y pie para ello. Puedes practicar en zonas sin tráfico para coger soltura.

La izquierda para que todo marche bien

Para conducir bien una moto hay que saber también qué marcha utilizar en cada momento. Nuestro lado izquierdo será el encargado de accionarlas correctamente. La mano izquierda hará de embrague, con un puño que está fijo, y el pie meterá las marchas. Igual que en un coche, habrá que soltar el embrague (mano) lentamente para que el movimiento sea suave.

Coordinar pies y manos es algo que también requiere un poco de práctica. Como si de un baile se tratase, para conducir bien una moto debemos tener clara la función y los pasos que cada mano y cada pie desempeñan.

Enciende tu pasión

Si tu moto es nueva, lo más probable es que tenga un arranque eléctrico, por lo que no tendrás que preocuparte de más palancas. Con ambos pies en el suelo y sujetando el manillar,  la encenderemos. Para girar la llave hasta la “Ignition“, el botón de encendido debe estar en “On“. La “N” de neutral, verde, también debe estar encendida.

El cuadro se iluminará y las agujas se moverán para comprobar que todo funciona. Presiona el botón de arranque, y el embrague si tu moto lo requiere. Cuando el motor se haya calentado un poco, ya podrás salir a disfrutar de tu nueva adquisición.

Conducir bien una moto requiere solo de un poco de práctica. Mantén la atención en tu entorno mientras circules y adelántate a los posibles peligros. Recuerda también adaptar tu vestimenta al clima. ¡Visita nuestra tienda y completa tu equipación!

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Gasoil en vez de gasolina en tu moto: qué hacer

Errar es de humanos. A cualquiera le ha pasado eso de ir con prisas y sin prestar mucha atención a nada.

Errar es de humanos. A cualquiera le ha pasado eso de ir con prisas y sin prestar mucha atención a nada. Pasas corriendo a repostar antes de ir al trabajo y… Te equivocas y echas gasoil en vez de gasolina. ¿Qué le sucede a la moto cuando cometemos este error?

Por qué las motos son de gasolina

Si nos ponemos a buscar, es posible encontrar algunas motos con motor diésel. Sin embargo, son motos antiguas, muchas de uso militar. En la actualidad, si acudimos a un concesionario, ninguno dispondrá de este tipo de motos.

Utilizar gasoil en vez de gasolina para una moto implicaría modificaciones importantes en su motor. Aunque para los coches tiene ventajas, no es el caso de las motos. Hablaríamos de varios kilos extra y una mayor complejidad en la mecánica. Estos factores no compensarían con la posible reducción en el consumo.

Además del peso, el gasoil en vez de gasolina supone más ruidos y vibraciones; algo que tampoco resulta agradable. Como ya hemos comentado alguna vez cuando hablamos de conducir bien una moto, es fundamental calentar bien el motor antes de comenzar a circular. Utilizar gasoil en vez de gasolina ralentiza el calentamiento de aquel. Además, en las estaciones frías el motor sufriría más.

Existen algunas razones más por las que no se invierte en motores de gasoil en vez de gasolina. Pero, volviendo al tema que nos concierne, ¿qué sucedería si nos equivocamos al repostar?

Repostar con gasoil en vez de gasolina

Echar gasoil en vez de gasolina a nuestra moto supone una visita obligatoria al taller. Aunque se trata de una reparación costosa, el despiste a la inversa sería mucho peor.

Lo que sucede es que se ensucia el sistema de alimentación y de inyección de la moto, por lo que habría que limpiarlos para que volviesen a funcionar correctamente. Cuanto mayor sea la cantidad de combustible que hayamos echado, peor será el arreglo.

Si nos damos cuenta de que hemos echado gasoil en vez de gasolina, se recomienda no poner el motor en funcionamiento. De hacerlo, la avería podría pasar de ser sencilla a mucho más compleja de reparar.

Cuando repostamos con el combustible equivocado, y si llenamos el depósito, lo más probable es que el motor no arranque. ¿Por qué? Pues porque el ratio de compresión del motor no lograría inflamar la mezcla para que saltase una chispa en la bujía. De arrancar, se pararía tras una distancia muy corta. Esta posibilidad se debe a que siempre suele quedar algo de gasolina en el depósito; suficiente para hacerlo arrancar.

La solución al error de echar gasoil en vez de gasolina está en el drenaje del depósito y la limpieza de todo el motor y el circuito, para eliminar cualquier rastro del combustible. Si la moto estuvo circulando se tendrá que comprobar también el catalizador.

Aunque no es un error muy frecuente, puede suceder si llevas poco tiempo con la moto o tienes un día despistado. ¡Presta atención siempre a lo que hagas! Tanto si vas circulando como si has parado a repostar. Más vale prevenir, dicen. ¿Te ha pasado algo parecido alguna vez?

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Historia de las motocicletas: origen y evolución

Suele pasar que nos acostumbramos a vivir de una manera concreta y dejamos de preguntarnos el por qué de las cosas. Puesto que nos apasionan las motos, consideramos que es importante mantener despierta la curiosidad. Por ello, en este artículo haremos un breve repaso sobre la historia de las motocicletas

Suele pasar que nos acostumbramos a vivir de una manera concreta y dejamos de preguntarnos el por qué de las cosas. Puesto que nos apasionan las motos, consideramos que es importante mantener despierta la curiosidad. Por ello, en este artículo haremos un breve repaso sobre la historia de las motocicletas.

El nacimiento de la motocicleta

La historia de las motocicletas, como cualquier otra, tiene un punto de partida. Esto es, el nacimiento de la primera moto. Aunque inicialmente era considerada como una bicicleta con motor, este concepto fue cambiando según avanzaba su funcionamiento.

De esta manera, la historia de las motocicletas comienza en abril de 1818, por lo que este año se cumplirán 200 desde su creación. Esta bicicleta con caldera de vapor recibió el sencillo nombre de vélocipédraisiavaporiana, y su presentación tuvo lugar en París. Sí, lo de sencillo era pura ironía…

Desde su aparición, y durante más de 50 años, la motocicleta no pasó de ser un aparato novedoso y singular, pues carecía de funcionalidad. En 1855 Heinrich Hildebrand combinó un velocípedo con un motor de vapor, dando lugar a la primera motocicleta. Sin embargo, su invento no tendría mayor trascendencia.

Fue a partir de 1869 cuando la historia de las motocicletas empezó a cambiar. Aun siendo lentas y con constantes averías, se creó una moto a vapor con un único cilindro y transmisión trasera por correa.

La historia de las motocicletas en kilómetros por hora

A partir de esta singular creación, la historia de las motocicletas comenzó a inclinarse hacia lo que hoy conocemos. En 1875, un triciclo a motor lograba alcanzar los 20 km/h, con un recorrido de 60 kilómetros.

En los años posteriores, la historia de las motocicletas no está del todo clara. Se consiguió la primera patente para una motocicleta que funcionaba con un motor de combustión de aire e hidrógeno. Se pasaría luego a un motor de combustión interna en ciclos de 4 tiempos, sin saber con exactitud quiénes fueron los creadores.

El motor con gasolina o la refrigeración por aire o agua vendrían después. En 1892, la historia de las motocicletas volvió a cambiar, de la mano nuevamente de la familia Hildebrand. Se fabricaron 1.000 unidades de una motocicleta de 2 cilindros y gasolina. Había que arrancarla pedaleando y empujando, pero alcanzaba los 35 km/h.

No se vendió demasiado bien, a diferencia del modelo de los hermanos Werner de 1896: 30 kg que podían recorrer 130 km en poco más de 3 horas. Fueron ellos quienes diseñaron la forma de la moto como la conocemos hoy día. Sin embargo, no obtuvieron ningún beneficio económico en vida.

A partir de ahí, en 1905, la historia de las motocicletas nos resulta ya más familiar. Aparecen las Harley Davidson con su empuñadura para acelerar, su chispa de ignición y, algo después, los cambios de marchas. Las siguió la Scooter, con mejoras en el asiento del piloto, la introducción del sidecar para el uso familiar y su gran cilindrada.

Con la consolidación de su imagen y su eficiencia, la moto adquirió popularidad. Comenzaron a surgir las deportivas, de montaña, enduro y el largo etcétera que compone la historia de las motocicletas en la actualidad.

Ya que el saber no ocupa lugar, tampoco está de más conocer un poco sobre la historia de las motocicletas. Estas amigas que despiertan nuestra pasión y con las que podríamos ir hasta el fin del mundo. ¡Orgullosas de ser Mujeres Moteras! Dinos cuál es tu época favorita en comentarios!

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