Mercedes-Benz S 500 Plug-in HYBRID, desvelado antes de Frankfurt

Próximamente conoceremos las impresiones de mi compañero Javier Álvarez del Mercedes-Benz Clase S 2013, tras haberlo probado en Canadá. Mientras tanto, tenemos que hablar de una versión que hará aparición en septiembre, recientemente desvelado en petit comité a unos periodistas en la presentación.

Es el S 500 Plug-in Hybrid, un híbrido enchufable a la red eléctrica. En la gama ya teníamos confirmados dos híbridos, el S 300 BlueTec HYBRID (Diesel 204 CV) y el S 400 HYBRID (Gasolina 306 CV). El tercer híbrido suma un poco más de potencia, se lleva número de V8 grandote —el S 500 normal tiene 455 CV— y podrá circular hasta 30 kilómetros sin zumo de dinosaurio.

El híbrido enchufable tiene un motor gasolina V6 de 333 CV de potencia, como el S 350 de la generacion saliente. Está apoyado por un motor eléctrico que solo empuja en el eje delantero, ya que el motor térmico empuja las ruedas traseras. En la práctica dispone de tracción total.

Las baterías, de 8,7 kWh de capacidad, se ubican detrás de las plazas traseras, en vez de dentro del vano motor. Sacrifican maletero, pero le proporcionan una autonomía razonable para desplazamientos de corto alcance. Hasta 120 km/h no será necesario el motor gasolina V6, salvo que se exija una fuerte aceleración. Se pueden recargar en menos de 4 horas.

El S 400 BlueHYBRID de la generación saliente, que probamos hace unos meses, es del tipo semihíbrido. El motor eléctrico solo era una asistencia del térmico, nunca empujaba por su cuenta ni era capaz de iniciar la marcha. En este caso el motor eléctrico es un propulsor más independiente.

En homologación, agarraos, hablamos de 3 l/100 km, dato no trasladable a viajes de largo recorrido, solo mientras las baterías estén repletas de carga. La toma de carga está bajo el faro trasero derecho, en vez de en las aletas. Se hizo así por motivos de seguridad. Recuerda fuertemente a un prototipo de 2009, el Vision S 500 Plug-in HYBRID. Se veía venir.

¿30 kilómetros son pocos? Sí y no. El coche conserva toda su capacidad para viajar, pero siempre que no sea necesario recorrer largas distacias, puede funcionar sin gasolina. ¿Ahorro? Algo más, en algunas ciudades se va a vetar la circulación a los coches que no tengan capacidad de moverse con emisiones cero.

También puede ser interesante en cuanto a exenciones fiscales, especiales en dictaduras impositivas como Dinamarca, Noruega u Holanda. Algunas empresas pueden verlo también como una forma de potenciar su imagen ecológica, incluso administraciones públicas (coches oficiales).

Dicho de otra forma, tenemos las ventajas de una berlina eléctrica pero sin el problema de la autonomía, combinando lo mejor de ambos mundos, una solución intermedia. En carretera el sistema híbrido también permite un ahorro de combustible, recuperando excedentes energéticos que se usarán después para acelerar o apoyar al motor de gasolina.

via: Mpasion